Juan Pablo Varsky es un buen ejemplo. Sus análisis futboleros llegaron a trascender de tal manera que hoy en día es uno de los periodistas más respetados de CNN. Escritores como Juan Villoro o Eduardo Galeano, han sabido darle al fútbol una dimensión casi artística. En Colombia los casos de periodistas futboleros cultos son escasos. Vale la pena enumerar a Hernán Peláez, un melómano poderoso, Martín de Francisco, que es un linguista enrollado en temas de fútbol o Iván Mejía, asiduo lector y también amante de la música. Pero lo de Nicolás Samper es otro nivel.
En la mesa de análisis de ESPN, la que dirige con firmeza y criterio Pacho Vélez, Samper ha sabido brillar. Citas a Serrat, a Camus, que no salen de un manual de citas sino de lecturas genuinas, hacen de esa mesa algo completamente diferente. Samper no se queda en la erudición estéril y aburrida sino que tiene sentido del humor y le pone gracia a sus comentarios.
La cultura de Samper se evidencia cada vez que hace el programa desde su casa, lo hace detrás de una biblioteca copiosa, con libros en inglés y repleto de biografías. Es tan culto que arropa la evidente falta de lecturas que esfrimen los Ricardo Henao y Valenciano. En lo particular creo que ESPN tiene en la mesa de análisis de Pacho Vélez el mejor espacio futbolero del país. Muy bien, muy serio, mucha autoridad la de Oscar Córdoba. Nicolás Samper se perfila desde ya a ser el reemplazo de los grandes como Hernán Peláez e Iván Mejía.