Ni Santos ni Zuluaga
Opinión

Ni Santos ni Zuluaga

Por:
junio 01, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Dos cosas quedan reconfirmadas en el proceso electoral que estamos a dos semanas de concluir: Los medios y las campañas manipulan y los colombianos somos manipulables. Los medios con sus intereses económicos y las campañas con sus asesores siniestros.

Estamos asistiendo al triunfo de la oscuridad. Los candidatos que no estén dispuestos a jugar sucio no tienen posibilidades. No de otra manera podemos explicarnos por qué los candidatos inmiscuidos en escándalos serios, escándalos judiciales que los han hecho mentirle al país, hayan terminado ganando la primera vuelta. Es como si el país premiara los comportamientos malevos.

Zuluaga y Santos disputarán la presidencia de Colombia a pesar de haber sido los peores candidatos y eso merece estudios antropológicos y sociológicos profundos. Me adelanto un poco a esos estudios con una teoría simple y de sentido común con un margen de error parecido al de las encuestas, también amañadas:

Los grandes medios de comunicación en Colombia, que pertenecen a los tres o cuatro grandes ricos del país, nos indujeron a votar por las dos candidaturas que más favorecen sus intereses económicos. Les va bien a los dueños de estos conglomerados económicos con gobiernos neoliberales. Tanto que han duplicado, en el caso de los grupos Ardila Lülle y Santo Domingo y hasta triplicado, en el caso de Luis Carlos Sarmiento, sus fortunas en los últimos 16 años de gobiernos de derecha. Por eso, polarizaron la campaña entre los dos candidatos que les garantizaban continuar con el modelo económico que genera tranquilidad en sus economías.

Como si la llegada de alguien distinto los perjudicara. Nada más antidemocrático. El solo anuncio del repunte de Enrique Peñalosa, luego de ganar la consulta de su partido el 9 de marzo, hizo bajar la bolsa dos puntos (léase miles de millones de pesos). Así como los anuncios de Gustavo Petro, luego de ganar la Alcaldía de Bogotá, hicieron bajar el precio de las empresas públicas.

Y en el medio los electores. Bombardeados día y noche con propagandas y noticias que más parecen infomerciales en proporción de 5 a 1 entre los dos consentidos por el poder económico y los demás candidatos. Y ni qué hablar del Voto en Blanco al que borraron de los radares dos meses antes de la primera vuelta.

Pero la manipulación no termina ahí. Las mismas campañas con sus hackers y espías o con sus community managers crean cientos de cuentas para insultar opositores e inflar artificialmente a sus candidatos. Uno de los empleados de la campaña de Zuluaga que ahora es testigo de la Fiscalía por el caso del hacker chuzón, no se ruborizó al reconocer que en la oficina de comunicaciones del candidato del Centro Democrático se crearon unas 400 cuentas para atacar opositores y defender e inflar al candidato del uribismo. Y, a juzgar por su amplia presencia en las redes,  los promotores de estas prácticas mafiosas también han logrado sus objetivos de manipulación. Sabemos que otras campañas usaron también la misma estrategia para, de un lado amedrentar a quienes hablan en contra de esos candidatos y del otro, generando una sensación de triunfo entre los cibernautas. Minimizan sus errores magnifican sus aciertos. Ya uno no sabe si el que lo insulta es un ser humano o una máquina.

Oscuro panorama porque a juzgar por los resultados de las elecciones del 25 de mayo, pareciera que esas mayorías que votaron por las campañas de Zuluaga y Santos, han caído en el juego, han caído en la trampa.

Pero como esos manipuladores saben que la tarea no está terminada, ahora nos quieren vender la idea de que el país caerá a un abismo si no elegimos a Santos o que arderá si no elegimos a Zuluaga. A unos nos angustian con la posibilidad de que Uribe regrese al poder con todo y su estela de males congénitos y a otros los atemorizan con la posibilidad de que, por cuenta del proceso de paz, las Farc terminen convirtiendo el país en otra Venezuela. Y como tonticos caemos en esa manipulación, cerrándonos nosotros mismos la posibilidad de conocer y votar por otras alternativas.

Y a todo este pánico colectivo de “Si no vota por Zuluaga caeremos en manos del castrochavismo” o “Si no vota por Santos será culpable de que no consigamos la paz”, contribuye nuestro pobre, triste y entregado periodismo. Un periodismo que perdió la objetividad. Un periodismo que tomó partido. Un periodismo que no orienta sino desorienta al electorado. Desde luego, como en toda norma, hay excepciones.

Entre tanto indicio malo de manipulación, se salvan el Partido Verde y el Polo Democrático que decidieron dejar a sus electores en libertad de elegir la opción que más los convenza. Queremos recordarle a estos 3 millones de colombianos y a los 19 millones que no votan, que no solo la mermelada y la guerra componen la oferta del tarjetón. Ahí está también el voto en blanco, poderoso, callado, digno, libre, puro. Pueda que no tenga efectos electorales pero sí tiene efectos políticos. Un triunfo del Voto en Blanco sobre estas candidaturas las deslegitimaría inmediatamente y eso podría conducir a un hecho político sin precedentes que no se podría pasar por alto. Un presidente derrotado por la ciudadanía debe convocar, inmediatamente, al constituyente primario para que exprese sus demandas en una Asamblea Constituyente. Pero si no llegara a ganar el Voto en Blanco, salvaremos nuestra responsabilidad frente a los desmanes que cometa el futuro presidente dentro de los cuatro años de su gobierno. Votar en blanco es quitarles el permiso para cometer fechorías en nuestro nombre los siguientes cuatro años.

No estamos obligados a escoger entre el sida y el cáncer cuando tenemos en el voto en blanco el antídoto contra esas enfermedades. No tenemos que elegir al menos malo. No tenemos que elegir al menos criminal. No tenemos que elegir al menos mentiroso. No estamos obligados a elegir entre el grupo creador de las EPS que han matado miles de colombianos y al jefe de la mermelada corrupta. No tenemos que elegir entre dos modelos económicos calcados que generan desigualdad y violencia. Eso no es justo con un país que quiere el cambio. Pero si seguimos siendo manipulables y perezosos, es lo que merecemos.

Elijan tranquilos y en libertad. Si no llega la paz no será porque usted no votó contra su voluntad por un candidato con el que no está de acuerdo. Será porque los políticos en su mezquindad han sido inferiores al compromiso de generarnos felicidad y para ellos, la historia tiene un pedestal en el libro de la infamia.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0

Las cuentas del voto obligatorio

Por qué no hay democracia en Colombia

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--