En las campañas electorales, se escucha de todo; pero lo más chistoso es hacer creer a la gente que quienes son directores de los partidos políticos son los dueños de la gente y sus votos.
Por estos días el Partido Liberal se partió en pedacitos porque todos los que lo siguen se creen dueños de unos electores; los candidatos se comen el espectáculo que les pintan cuando prometen X cantidad de seguidores que seguramente ni siquiera existen.
Lo mismo están los conservadores, los verdes, los morados o los de cualquier color.
Lo que pasa es que ellos sí se dividen y buscan estar incluidos en todas las campañas esperando cualquier ganador y después, de nuevo, como los chorizos, se vuelven a amarrar para obtener lo que siempre buscan, que es la contratación, las leyes amañadas, y cuanta porquería se inventan para disfrutar de otros cuatro años de gobierno.
La compra de votos es manipulada por los líderes de barrio o vereda, o los concejales, diputados y empleados oficiales que buscan igual, jugar al gato y al ratón para mantener los cargos públicos o los arreglos amañados en gobernaciones, alcaldías o en cualquier lugar en el que se maneja dinero publico corrupto.
La falta de respeto al elector se ha visto por años y la compra de votos igual; las autoridades electorales nunca ven nada malo aunque existan fraudes programados por los mismos candidatos y sus secuaces u organizaciones mafiosas que soterradamente confunden a todo el que se meta, a esculcar la verdad como se vio en las elecciones pasadas al congreso viciadas de porquería.
Las autoridades electorales que hablan de trasparencia tampoco respetan al elector que exige que se hagan unas elecciones limpias y llenas de verdad sin malas expectativas. Después nos preguntamos como colombiano, ¿por qué existe la corrupción y los males sociales?
Como el pueblo no es tonto, sabe que por muchos años ha sido engañado y llevado a las urnas en muchas ocasiones, impulsados por personas pagadas para que estén paradas esperando al votante para entregarle hoy un billetico de 100.000.
El día que no se encuentre en los sitios de votación, la presión de la publicidad que reparte hojitas de propaganda por un candidato y un billetico detrás, o vehículos de trasporte con las fotos de los candidatos, podremos creer que los candidatos esperan que la gente decida sin presiones lo que ellos quieran.
Los primeros que hablan de corrupción son los candidatos; ellos saben que detrás de sus palabras, existen maquiavelos electorales buscando cómo producir el fraude y la ganancia, haciendo creer en las encuestas un ganador que quizás no existe ya que esas encuestas no son más que adivinanzas populacheras.
¿Quién ganara? El tiempo lo dirá. ¿Hasta cuándo los candidatos harán respetar al elector en paz y en libertad? ¿Cuándo el pueblo entenderá que ejercer el derecho al voto es un acto de libertad y en paz, y que las presiones y el dinero que no alcanza ni para una libra de carne, están enterrando el futuro de los colombianos de bien, y permitiendo la corrupción?