Durante los últimos días han circulado por redes sociales imágenes y videos en los que se muestran los primeros efectos del turismo descontrolado en Santurbán, por cuenta de algunos a los que se les hizo fácil dejar tirada la basura cerca de una de las lagunas y a una osada ciudadana quien, por ampliar su colección de fotos para redes sociales, se le ocurrió despojarse de todas sus ropas con tal obtener un incremento de likes en sus cuentas personales. En ambos casos, ninguno de los implicados tuvo en cuenta la fragilidad del ecosistema paramuno.
Estas reprochables actuaciones han sido aprovechadas por quienes de manera malintencionada pretenden igualar los impactos ambientales negativos causados por estos turistas con los impactos que ocasionaría la gran minería de multinacionales. Me recuerda mucho a aquellos que para defender el proyecto de la multinacional árabe Minesa se atrevieron a igualar en sus campañas propagandísticas los impactos ambientales de perforar kilómetros enteros de túneles, usar varias toneladas de explosivos y la remoción de millones de toneladas de rocas de las montañas de Santurbán con los impactos ambientales que ocasionan la pequeña minería y la minería ancestral de Soto Norte, o yendo aún más lejos, con el impacto ambiental de unas cuantas vacas y hectáreas de cebolla y papa cultivadas en varias zonas del páramo. Totalmente desproporcionado.
Vale aclarar que todas las actividades de los seres humanos ocasionan impactos ambientales, unos más severos que otros, por lo cual siempre habrá que valorarlos de acuerdo a las posibilidades de mitigación y al hecho objetivo de que dichos daños, sean o no reversibles. Nunca serán equiparables entre ellos. Mienten los que de manera premeditada echan en el mismo paquete a la gran minería con la actividad agrícola y minera o con las nalgas encueradas de la famosa turista, a quien seguro se le congelaron después del baño de agua fría en Santurbán.
El debate que es correcto dar es sobre lo que queremos para el páramo de Santurbán en el que habitan miles de personas con igualdad de derechos, quienes perdieron su tranquilidad con la llegada de las multinacionales. Para ser justos, esas comunidades han sido las primeras en protegerlo sin recibir más que olvido del Estado colombiano. Por eso urge tomar las acciones respectivas para organizar el creciente turismo en Santurbán y convertirlo en una real alternativa económica para estas comunidades.
Lo primero es entender que el páramo es un ecosistema de mucha fragilidad que no puede ser visitado ni disfrutado por turistas bajo la misma lógica de los tradicionales paseos de olla ni de las acampadas juveniles. Se debe regular el acceso, la cantidad de turistas tolerable por el ecosistema, controlar las actividades que se realizan y habilitar los puntos en los que se es permitido realizar la actividad turística. Para lograrlo, se requiere la presencia del Estado a través de sus entidades ambientales, de la academia con sus aportes en investigación y de las comunidades paramunas, quienes deben ser las principales beneficiadas con los ingresos económicos del turismo. Hay que volver a las comunidades del páramo en los principales operadores turísticos. Eso exige organizarlos y prepararlos para los nuevos desafíos. De nada nos servirá desarrollar el turismo en Santurbán si las ganancias se van a quedar en manos de unos cuantos emprendedores bumangueses.
El gobierno departamental con apoyo del gobierno nacional deberá realizar las inversiones en vías de acceso e infraestructura turística como miradores y senderos, delimitación de puntos de interés turístico, centro de monitoreo y puntos de información, capacitación de guías turísticos, entre otras muchas cosas más, con el fin de profesionalizar esta alternativa económica. El fácil acceso y la buena atención serán primordiales para lograr la satisfacción del turista.
El potencial turístico de Santurbán es gigante. Primero, porque los páramos son ecosistemas casi exclusivos de nuestro país, poseemos la mitad de ellos. Santurbán es una reliquia de la humanidad que cualquier ciudadano del mundo debería tener la oportunidad de conocer. Solo basta revisar en otras latitudes como las maravillas naturales del planeta tienen una gran concurrencia de turistas. El Cañón del Colorado en EE. UU., forjado por el agua durante millones de años recibe a más de 6 millones de turistas cada año, las Cataratas del Niágara en la frontera entre Canadá y EE. UU. a más de 12 millones, las Islas Galápagos a más de 275 mil y el Lago Quilotoa en Ecuador a más de 80 mil turistas anualmente. Estos lugares son buenos ejemplos porque casi todos tienen la misma dinámica: turismo contemplativo de paisajes, muy similar al que podríamos desarrollar en Santurbán.
Segundo, porque tenemos una oportunidad de impulsar el turismo educativo. Santurbán tiene mucho por contar y enseñar a los turistas. Por ejemplo, podemos enseñar sobre la historia de cómo llegaron fósiles marinos a alturas superiores a los 3 mil metros sobre el nivel del mar; la dinámica interna del planeta que permite la formación de rocas llenas de oro, metales y elementos radioactivos; las evidencias de glaciares de hace un millón de años, su posterior derretimiento hace unos 600 mil años y su contribución en la formación de las lagunas; la cultura paramuna de los campesinos con sus cultivos de trucha, papa y cebolla, y por supuesto, las grandes montañas que encierran las frías corrientes de aire de Santurbán las cuales nuestros pueblos indígenas llenaron de historias y relatos. El turismo que podemos hacer puede ayudarnos a entender mucho mejor la importancia de cuidar el planeta, más ahora cuando siguen creciendo las voces que alertan sobre los efectos del cambio climático. Ahí el páramo también tiene mucho por enseñar.
Nota: Imponente fue la movilización ciudadana en defensa del agua y el páramo de Santurbán, fueron tantos los santandereanos que salieron a la calle que superó con creces todo cálculo. Valeroso y dedicado trabajo del Comité para la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán, quienes ya cumplen 10 años impulsando esta noble causa. Después de esa marcha es inminente la derrota de Minesa.