El papel de la mujer durante la historia ha determinado una innumerable cantidad de logros, avances y aportes a la construcción del mundo, de la historia y del cotidiano como lo conocemos hoy en día. La lucha del género femenino por recibir una importancia similar y la misma participación que el género masculino en muchos aspectos, ha sido epicentro de revoluciones en todo el globo. Gracias a esto se le ha entregado una completa participación a la mujer en aspectos como la política, el deporte y los negocios.
La llegada del sigo XXI trajo muchos cambios en los sistemas ya establecidos y conocidos por los seres humanos, gracias a esto la mujer se convirtió en sinónimo de respeto, avance, admiración y modernización. Pero como todo cambio trae consigo errores, empezaron a aparecer cierto tipo de mujeres que no aprecian la importancia que se le está entregando a su género, concentran su vida en depender completamente del trabajo y de los recursos de los demás, negándose a trabajar o estudiar y aprovechando sus atributos de belleza para obtener todo lo que desean.
Las bendecidas y afortunadas, como se les empezó a conocer, son mujeres que alardean de poseer muchas pertenencias de alto valor, que van desde bolsos, automóviles, ropa de marca o viajes alrededor del mundo. Todos estos bienes materiales son mostrados en su mayoría por medio de las redes sociales y son titulados bajo mensajes de agradecimiento, bendición y fortuna. Estas mujeres muestran la bendición en la mayoría de los casos, pero casi siempre ocultan al santo.
¿Quién es el santo? Hombres adinerados de todas las edades que encuentran en las vacías y pequeñas mentes de las ‘’bendecidas’’, potenciales fuentes de compañía, cariño o simplemente sexo, de fácil acceso y a muy reducidos costos. . ¿Dónde quedaron los valores? ¿Desde cuándo la virtud o la compañía de una mujer pasó a tener un precio o costo? ¡Se perdió la dignidad! Y lo más frustrante es la forma en como está sucediendo, camuflado, en silencio y enriqueciendo a unos pocos.
No soy un católico fanático, ni mucho menos un religioso devoto y entregado a la fe, pero me atrevo a calificar como ofensivo o denigrante todo acto que este tipo de mujeres realizar camuflado bajo el nombre de bendición o fortuna. ¡NO! Las cosas que se consiguen con sexo, no son bendiciones y mucho menos fortunas. Una bendición enmarca todo aquel logro conseguido con esfuerzo y dedicación, fruto de mucho trabajo y tiempo invertido en pro a conseguir o completar objetivos de superación personal, profesional o de vida. Lo único que podemos hacer es dejar que las cosas tomen su rumbo; al final, el que trabaja duro obtiene grandes resultados y en la mayoría de los casos el empeño y arduo trabajo trae sus recompensas sea a corto o largo plazo. Pero para las que se inclinan por lo fácil, les tengo una noticia, el dinero no lo es todo y la belleza, tarde que temprano, se termina.
