El pasado abril la plataforma de streaming norteamericana Netflix se comprometió a gastar USD 2.500 millones en la industria cinematográfica de Corea del Sur durante los próximos cuatro años luego de una reunión entre el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, y su codirector ejecutivo, Ted Sarandos, en Washington.
Las historias producidas en Corea del Sur “representan el espíritu cultural global”, dijo Sarandos, citando el éxito de los programas que han transmitido de esta industria, como el drama de supervivencia “Squid Game” que se convirtió en 2021 en la serie más popular de todos los tiempos con 1.650 millones de espectadores en el primer mes de su lanzamiento, o “Physical: 100” el exitoso y polémico concurso de supervivencia que este año se convirtió en la serie más vista en el mundo de lengua no inglesa.
Aunque la industria del cine coreano inició en 1920, fue después del armisticio, en julio de 1953, que empezó a desarrollarse en Seúl; aunque tuvo que esperar el final del régimen represivo militar con sus leyes de censura para que grandes compañías coreanas empezaron a invertir en el negocio del cine y la industria despegara, de 20 compañías productoras en 1984, se pasó a 121 en 1991.
Los jóvenes directores coreanos del mundo del arte y el video se aventuraron en el cine y llenaron la industria cinematográfica con nuevas perspectivas e historias. Entre 1988 y 1997, surgieron nombres de nuevos cineastas que pusieron énfasis en el realismo y el diálogo serio en las películas y condujo a lo que se conoce como el cine coreano de nueva ola o Hallyu.
Hallyu es un término ampliamente utilizado para describir el éxito internacional de la cultura pop y el entretenimiento de Corea del Sur, incluida la música, el cine, la televisión, la moda y la comida. En los primeros años de Hallyu, los fanáticos internacionales generalmente descargaban películas surcoreanas pirateadas, mientras que los surcoreanos que estudiaban en el extranjero se encargaban de los subtítulos.
Las series y películas coreanas son de las más vistas
Corea del Sur se ha convertido en los uno de los mayores proveedores de programas de televisión y películas de Netflix desde que llegó a este mercado en 2016. Inicialmente, eran principalmente comedias románticas las que generaron tracción y la distribución se limitó a países cercanos como Japón y otras naciones del sudeste asiático debido a las diferencias culturales y de idioma.
Pero los subtítulos y doblaje, ha eliminado el idioma como la primera barrera de entrada y ha hecho un mundo de diferencia, impulsado un aumento en las suscripciones globales a medida que más consumidores sintonizan películas y series coreanas, cuyo contenido en Netflix incluye además del exitoso romance, géneros como drama, apocalíptico, así como comentarios sociales e intriga junto con sus programas de no ficción.
Pero no es solo Netflix, la sed mundial de cine coreano aumentó en 2019 con el estreno de la película Parásitos dirigida por Bong Joon-ho. Centrada en la riqueza y la disparidad, Parasite hizo historia al convertirse en la primera película de habla no inglesa en ganar el Premio de la Academia a la Mejor Película.
Corea del Sur tiene desde 1996 el Festival de Cine de Busan, uno de los más importantes de Asía que resultó ser fundamental para encontrar mercados internacionales para las industrias cinematográfica y de medios. Recientemente, los festivales internacionales de cine han aumentado las oportunidades para que se vean películas de Corea del Sur.
Netflix es consciente del interés creciente de contenido internacional original y del coreano en particular, la región de más rápido crecimiento de sus suscriptores es Asia Pacífico donde solo el primer trimestre de este año agregó 1,46 millones de suscriptores pagos, mientras que su crecimiento en América del Norte y Europa se desaceleró.
Ahora más, ante la huelga de los escritores que detuvo la producción de la mayoría de los programas y películas de Estados Unidos, o por lo menos todo lo asociado con alguno de los grandes estudios, Netflix cuenta con una buena posición en la exitosa industria cinematográfica de Corea del Sur para satisfacer las demandas de sus suscriptores.