Recientemente, Néstor Humberto Martínez Neira, exdirector general de Fiscalía, fue objeto de un debate en la Comisión Primera del Senado por el entrampamiento que llevó a cabo contra el proceso de paz. El actuar y pensar de este señor es similar al de Dologhoff, personaje perverso de la novela Guerra y Paz de León Tolstoi. Aunque el tema de esta es la guerra napoleónica contra Rusia, también está presente la intriga, la perversidad, el amor… Dologhoff seduce a la pervertida Elena, esposa de Pedro Besukhoff, para tener relaciones sexuales. Llevada a cabo la infidelidad de esta, aquel se lo manifiesta a Pedro públicamente en una velada con el propósito de humillarlo, consiguiendo la ruptura de los cónyuges. Además, se apodera de gran parte de la fortuna del incauto Nicolas Rostoff. En fin, Nestor Humberto Martínez es tan siniestro como el personaje de Tolstoi.
En el debate los convocantes, Roy Barrera, Gustavo Petro, Iván Cepeda y Antonio Sanguino, fundamentándose en el material debelado por el joven periodista de El Espectador, Edinson Bolaños, dejaron al descubierto la capacidad del exfiscal para engañar a la opinión pública, mandar a la cárcel a Jesús Santrich y destruir el proceso de paz con las Farc. Condenar a un pueblo a la guerra perpetua no es un delito menor, y por él se debe responder penalmente. Los audios y videos técnicamente manipulados pretendían implicar también a Piedad Córdoba, al general Óscar Naranjo y a Armando Benedetti, entre otros.
Según nuestro ordenamiento jurídico, diseñado por corruptos y para ellos, el exdirector de Fiscalía, tiene fuero especial. Solo lo puede investigar la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes, pero esta por su total inoperancia y clientelismo la llaman “Comisión de absolución”. Por esa razón, los congresistas citantes al debate y la dirigente política Piedad Córdoba denunciaron el caso ante la Corte Penal Internacional. La sociedad colombiana espera justicia y esta solo puede venir de la comunidad internacional.
Este siniestro personaje llega a esa posición en representación del partido político Cambio Radical, cuyo jefe es Germán Vargas Lleras, y quien acompañó al presidente Juan Manuel Santos en ese proceso. Es decir, que Néstor Humberto fue desleal con Cambio Radical. ¿A quién le obedecía, entonces, este señor políticamente? ¿A quiénes les conviene la ruptura del proceso de paz? Es evidente que Martínez Neira no responde a criterios partidistas ni doctrinarios. Ha sido ministro de diferentes gobiernos, donde solo responde a intereses particulares: los del hombre más rico en el segundo país más pobre de Hispanoamérica, Sarmiento Angulo.
Es hijo de un artista popular, Humberto Martínez Salcedo, recordado como el maestro Salustiano Tapias, personaje del programa de humor Sábados Felices, y una maestra de escuela. Es decir, que el exfiscal viene de un hogar que debió ser referente en valores éticos y humanistas. ¿Por qué, entonces, este señor destila tanto veneno por sus poros? Desde los años 90 del siglo pasado demostró su habilidad de trepador, lo que no esperábamos es que el hijo de dos trabajadores de la cultura fuera tan letal como la cobra.