Preocupante que el máximo aspirante al alto cargo de fiscal general tenga tan retardataria concepción sobre el fenómeno de la violencia intrafamiliar, tipificada como cualquier tipo de abuso de poder de parte de un miembro de la familia sobre otro que incluya maltrato físico, psicológico o de cualquier otro tipo. Dice el 'inefable doctor Martínez': “la criminalización de esa conducta debe ser objeto de una revisión desde el punto de vista sociológico, muy importante porque lo hemos percibido quienes hemos trabajado en estos temas a lo largo de los años, al criminalizarse la violencia intrafamiliar finalmente se está generando una ruptura del núcleo familiar”.
Se queja el ternado de marras de la ruptura del núcleo familiar a partir de expresiones de violencia “de ocasión” y de la cantidad de demandas sobre violencia doméstica que atosiga a todo el sistema penal colombiano”. ¿Será que pretende hacer derogar la Ley 1542 del 2012, que pretende acabar con la impunidad de los delitos de violencia intrafamiliar e inasistencia alimentaria, y eliminó para estas conductas punibles el carácter de querellables?.
Se considera que existe violencia intrafamiliar en un hogar, si hay una actitud violenta repetitiva, no por un sólo hecho aislado. No podemos soslayar el alcance normativo que han tenido disposiciones que permiten en materia de derecho de las mujeres esperar una vida libre de violencias y promover y defender los derechos humanos.
Puede ser cierto la cantidad de demandas sobre delitos de violencia familiar que atosigan la justicia penal colombiano, pero esto ¿no da razón precisamente de la gravedad del problema? esto puede ser de dos males el menor. Lo peor es esperar que se produzcan los feminicidios, la muerte de mujeres por razón de su condición, generalmente precedida por acciones violentas de su respectivo cónyuge o exparejas, sin contar los daños afectivos y sociales para los hijos generalmente menores.
Claro que deben tomarse correctivos sociales preventivos, entre los cuales debería estar, como en toda sociedad desarrollada que se respete, educación y capacitación para el trabajo y la garantía de un empleo digno para quienes opten por vivir en pareja, hombre o mujer; porque una de las primeras causas de agresividad en las personas es la ausencia de ingresos seguros estables, y en general las condiciones de pobreza de los hogares.
Aunque el fenómeno se da en hogares estrato alto, con otras connotaciones. El estado debe garantizar para todos los hogares necesarios un sistemático apoyo en acciones de promoción, salud pública afectiva y psicológica, educación, recreación. Esto sería una verdadera prevención integral. No como los programas del Bienestar Familiar que toman a los niños ya abandonados y la casa de justicia a las mujeres ya golpeadas o abandonadas sin recursos para atender los hijos.
Pero una vez enfrentados a hechos de golpes, lesiones, abusos y crímenes, es obligación de la justicia aplicar las máximas penas, que casi todos los códigos del mundo ya tienen; dado que precisamente por realizarse en la órbita privada del hogar la víctima tiene menos opción de defenderse y el victimario más oportunidad de actuar.
Desde ya rechazamos la posición del ternado Néstor Humberto Martínez y si pudiéramos llamábamos a los honorables magistrados de la Corte Suprema de Justicia a denegar su voto a favor de él. Su elección como Fiscal General de la Nación sería interpretada por las mujeres de este país como un atentado a las conquistas que en acciones milenarias se han logrado en todo el mundo en la lucha por la, vida, los derechos, la igualdad y la no discriminación en razón del género.
Confluencia de Mujeres del Atlántico
