Neoliberalismo y mamertismo

Neoliberalismo y mamertismo

Según esta visión, el Consenso de Washington ni la dictadura Pinochet son responsables de algunos de los males que les achacan, todo es una equivocación

Por: Ariel Peña González
enero 24, 2019
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Neoliberalismo y mamertismo

Los mamertos latinoamericanos (marxistas-progresistas) de diferentes pelambres viven proclamando que el neoliberalismo no prevalecerá, culpando al Consenso de Washington —que es un conjunto de formulaciones económicas de finales de los años ochenta, propiciadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro—, como si ese programa fuera la génesis del neoliberalismo, lo que es absolutamente falso.

El neoliberalismo surge hace aproximadamente 42 años de una alianza entre el partido comunista chino y el capital financiero internacional, representado por las transnacionales en la década de los setenta del siglo pasado, para sobreexplotar a los trabajadores del país asiático y repartirse la plusvalía. De ahí irrumpió la flexibilización laboral que afecta a los trabajadores en todo el mundo, quedando claro que para las burocracias marxistas lo importante es conservar el poder político. De hecho, si tienen que abandonar sus principios económicos, no interesa, porque no solo en la China se ha desarrollado la economía capitalista con un régimen político totalitario marxista, también en Vietnam y otros países con dictaduras comunistas.

Por ello hay que hacer énfasis en los hechos acaecidos en Latinoamérica en los años 70 del siglo pasado, pues hoy por hoy nuestra región debería ser supuestamente la segunda economía del mundo, ocupando el lugar que tiene la China, si hubiera aceptado el “plan básico” que se le propuso desde EE. UU. a principios de los 70, lo que no fue implementado por la región ante las variadas crisis políticas de diferentes países, rechazando ese proyecto económico que fue implementado después por China.

Los comunistas totalitarios le atribuyen unos falsos poderes omnímodos al Consenso de Washington, cuyo término fue acuñado por John Williamson en 1989 y, además le hicieron un terrible mal a Latinoamérica cuando crearon en 1990 el Foro de Sao Paulo o Internacional Comunista para remozar al marxismo-leninismo, repudiado en Europa con la caída del muro de Berlín, siendo los autores de semejante esperpento Fidel Castro (fallecido) y Luis Ignacio Lula da Silva del Brasil, quienes buscaban expoliar a la región para crear la Unión Soviética Latinoamericana, como quería Hugo Chávez, eso sí amparados en el atraso ideológico de algunos pueblos de esta parte del mundo.

El Consenso de Washington —que propone fórmulas económicas, para que los Estados promuevan la austeridad con reformas tributarias, privatización de empresas, seguridad jurídica, reducción del gasto público, entre otros— no fue un acuerdo entre EE. UU. y Latinoamérica que se debería cumplir rigurosamente, sino condiciones para empréstitos internacionales, igual a cuando un cliente va al banco a pedir un préstamo. En cambio, el Foro de Sao Paulo es un acuerdo de partidos marxistas-leninistas junto a grupos terroristas, como los que aún existen en Colombia, caso del ELN y las Farc, para conspirar en contra de la democracia liberal y llevar a la región a la esclavitud política, como ha sucedido en Venezuela, Nicaragua y por supuesto en Cuba.

En Latinoamérica se debe crear un frente en contra del Foro de Sao Paulo, cuya expresión doctrinal es el marxismo, ya que ha sido una manía del comunismo totalitario cambiar de ropaje de acuerdo a las condiciones para engañar a despistados y tomarse el poder buscando perpetuarse en él, porque en nuestros países tenemos el ejemplo del socialismo del siglo XXI que es el mismo tóxico comunista con diferente etiqueta, además se ultraja a la memoria del libertador cuando se usa el apelativo de bolivarianismo por parte de los comunistas para hacer efectivos sus aviesos planes.

Volvemos a reiterar que es una absoluta mentira decir que el neoliberalismo se originó en Chile con la dictadura de Augusto Pinochet, ya que la única verdad fue que su aparición se dio por el maridaje que montaron el partido comunista chino y las grandes corporaciones económicas internacionales. De ahí surge una la flexibilización laboral que puede traer condiciones catastróficas para la humanidad, demostrándose que el marxismo o comunismo totalitario es una maldición para la tierra por sus actuaciones crueles, inhumanas y degradantes, al ser parte fundamental en la construcción del neoliberalismo a través del comunismo que gobierna a la China.

No se sabe si es por ignorancia o mala fe que los mamertos en Latinoamérica responsabilizan al Consenso de Washington o la dictadura de Pinochet del origen del neoliberalismo, cuando lo único cierto es que este apareció por el contubernio del partido comunista chino con el capital financiero internacional, desarrollado por las transnacionales.

 

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