En las diversas etapas cronológicas del arte se pueden observar los aspectos que brindan variedad y generan nuevos conceptos. Algunos son más fáciles de distinguir, otros no, pero es posible que uno de los momentos más diferentes haya sido este.
Ahora bien, es sabido que los grandes neoclasicistas lo que hacen es volver a lo antiguo e idealizado por el hombre, las representaciones de lo perfecto o divino, mitologías, entre otros; pero esta rectitud y rigidez tiene su razón de ser en uno de los teóricos más influyentes del momento, quien consideraba que las proporciones, la rectitud y el carácter formalista de las representaciones clásicas, debían ser retomadas y perpetuadas como arte a nivel mundial. Winckelman consideraba que para alcanzar la grandeza era imitando la noble sencillez y serenidad del arte clásico.
Es por tanto que, dentro del periodo neoclásico, la racionalidad de las formas artísticas vuelve a ser dominante, haciendo que el artista se vuelva frío, repita valores establecidos, limitando su creatividad, genio individual, haciendo que no se sientan emociones propias de cada uno de ellos sino tan solo el uso de conceptos racionales adaptados. Dentro de la arquitectura este posee frontones poblados y arte dórico en sus columnas, por lo que se ve la influencia del arte griego, así como también la escultura, que mira a la antigüedad y busca la belleza a través del razonamiento, ofreciendo perfección técnica. Dentro de los exponentes más importantes se encuentra, Antonio Canova y Bertel.
En la pintura neoclásica no existe una guía muy elaborada de lo que fue en la época clásica como si tenían la escultura y la arquitectura, de tal modo que la inspiración se tendrá en las obras del Renacimiento, utilizando referencias de temas mitológicos, retratos e historia de actualidad, predominará el dibujo sobre el color, ya que los colores serán subordinados al dibujo. Como se menciona anteriormente, las composiciones son simples y equilibradas, solo que esta vez no está directamente al servicio de la religión o cortes religiosas, sino que se encuentra al servicio del poder de la burguesía y al reinado de Napoleón. Dentro de los más emblemáticos está Jacques Louis David.
“El arte es embriaguez ordenada” (E. Delacroix). En la era romántica, juegan un papel importante todos los factores que se encuentran convergiendo en el momento. El sentimentalismo será el principio rector dentro de los pensamientos que mueven el contexto histórico en el que se desarrolla esta época. Si bien estamos en un periodo reivindicatorio e independentista que es impulsado por los ilustrados más seguidos del momento, Voltaire, Rousseau, que con sus teorías de revolución e iluminación incentivan a su público a utilizar la razón para justificar sus sentimientos. Estos pensamientos tocan el alma de los artistas, que consiguen expresarse principalmente bajo la técnica de pintura, formando unos de los periodos que se desprenden de la idea “trabajar para otro” a “trabajar para mí”, imperando los deseos del artista, sus sentimientos; “es un arte subjetivista e íntimo que renuncia a las cosas exteriores y concentra su atención en el interior del ser humano”.
Dentro de los destacados está Eugene Delacroix, patriarca del romanticismo. Su arte se formó en contacto con la pintura flamenca, italiana e inglesa del Louvre. Extrae sus temas de las leyendas antiguas o de la literatura romántica. Sus obras románticas, como La libertad guiando al pueblo, que se convertirá en el símbolo de las revoluciones del siglo XIX.