Los negocios sociales se evalúan por el impacto de la actividad y calidad de vida en las personas, en la sociedad o el medio ambiente, en lugar de la cantidad de dinero acumulado en un período de tiempo.
En un negocio social los dueños, poco a poco, pueden ir recuperando el capital invertido, pero no pueden tomar todo el dividendo más allá de un punto en que sea moralmente viable y ético, con el fin de ser reinvertidos.
El negocio social debe cubrir todos los costos y obtener beneficios al mismo tiempo para, de esta forma, lograr el objetivo social, entre los cuales se pueden encontrar: alternativas de empleo, asistencia en salud para los más pobres, vivienda, servicios financieros, problemas de mala nutrición, recuperación y alimentación adecuada para los niños, suministro de agua potable, introducción de energías renovables, salarios justos, ética comercial y muchos otros temas que no considera el sistema económico tradicional. La visión económica actual sufre fluctuaciones de mercado. Hay crisis por los precios del petróleo, dólar y desempleo; los gobiernos se caen por considerar más las ganancias que las personas, lo cual produce caídas de sistemas de gobierno.
Desde el Instituto para la Economía Social (IPES) se ha querido desarrollar un modelo de negocio social sostenible que permita a las comunidades más vulnerables salir de su condición de pobreza y que a las puertas de un acuerdo de paz con las Farc debe tomar una mayor relevancia ante un panorama de posconflicto y de desaceleración económica en Colombia y en Latinoamérica.
El negocio social tiene como objetivo resolver un problema social donde no se obtengan plusvalías , pero tampoco pérdidas; es decir, trabajar al costo y que el beneficio sea para el común de quienes la integran.
En la década de los 70, el economista bengalí Muhammad Yunus desarrolló una herramienta financiera que consistía en otorgar pequeñas cantidades de dinero a hombres y mujeres de escasos recursos para que arrancaran un negocio. Este apoyo fue bautizado como microcrédito y ahora promueve los negocios sociales. La idea de Yunus se hizo popular en el mundo y le valió incluso ganar el Premio Nobel de la Paz en 2006.
Estas son algunas de sus premisas más conocidas:
• La pobreza no la crea la gente pobre. Ésta es producto del sistema que hemos creado, por ende hay que cambiar los modelos y conceptos rígidos de nuestra sociedad.
• La pobreza no es una condición natural de los seres humanos, es una imposición artificial
• Los niños de próximas generaciones irán a ver la pobreza a los museos
• Nuestro trabajo en Grameen Bank nos mostró que la gente pobre tiene habilidades que permanecen inutilizadas, y que son capaces de cambiar su propio destino si se le dan las oportunidades correctas.
• Trabajamos en unas cuarenta mil aldeas. Prestamos 2,4 millones de dólares y el 94% de nuestros clientes son mujeres. Y el banco les pertenece
• Los pobres son las personas bonsái. La sociedad no les ha permitido el suelo auténtico. Si les permites el suelo legítimo, oportunidades reales, crecerán tan alto como todos los demás
• Los microcréditos son necesarios en todas partes, aunque en los países pobres lo son aún más
• Cuando alguien pierde su trabajo, debe tener la oportunidad de comenzar de nuevo
• Los negocios sociales son empresas creadas para resolver problemas... Si todos creemos en ello, desaparecerá la oscuridad
• Tenemos que conseguir que todos los pobres tengan comida e Internet