La empresa Chevron estría negociando con la administración Biden para que ésta levante las sanciones impuestas a Venezuela y autorice licencias para duplicar su producción a 800.000 barriles diarios, según varios medios estadounidenses. Todo esto, con el objetivo de remplazar las importaciones de crudo ruso por el venezolano. El análisis de José Gonzales, director de la consultora GCG Advisors.
Chevron, la compañía estadounidense, ha dado mucho de qué hablar últimamente en Venezuela. Sobre todo, desde que recientemente la administración Biden decidió boicotear el petróleo ruso. Recurrir a Chevron es una carta que tiene bajo la manga Washington.
La ventaja es que esa compañía petrolera nunca se fue realmente de Venezuela, explica a RFI José Gonzales, director de la consultora GCG Advisors.
"Chevron tiene un campamento importante, Petroboscan, un mega-campamento que producía mucho petróleo. Ellos dejaron de producir a raíz de las sanciones de 2017 y las restricciones a la comercialización del petróleo venezolano, Chevron se dedicó básicamente a mantener lo que tenía sin invertir para incrementar esa producción. Si se modifican ciertas licencias, y se hiciera una inversión relativamente razonable, Venezuela puede pasar rápidamente de producir esos 600.000 a 700.000 barriles de petróleo a producir, sin ningún problema, en meses, 1,3 e incluso 1,4 millones de barriles diarios. Chevron lo puede hacer porque no se fueron del todo de Venezuela y además conocen el mercado y tienen la capacidad", explica Gonzales.
Y es que el petróleo venezolano tiene algo que los demás países no pueden ofrecer: es un crudo pesado, no liviano como el canadiense.
"Cuando Estados Unidos bloquea le petróleo ruso, bloquea más o menos 650.000 a 700.000 barriles de petróleo ruso pesado que se refinaba en las refinerías del Golfo. ¿Por qué no se usan esas refinerías para petróleo canadiense? Porque el petróleo canadiense es light, no es pesado. Usted no puede utilizar una refinería que fue diseñada para crudo pesado, para refinar crudo liviano: no se puede. Y no tiene sentido porque hay más crudos pesados en el mundo que livianos", subraya este experto.
El problema con el petróleo liviano venezolano en cambio han sido las sanciones aplicadas en 2017.
"La administración Trump estaba convencida de que el gobierno Maduro estaba a punto de caer y prohibieron comercializar petróleo con cualquier entidad pública venezolana, ya sea el Estado o PDVSA. Ahora, Chevron tiene una licencia especial que le permite comercializar petróleo venezolano, pero en volúmenes muy limitados porque no pueden invertir ni pueden gastar ni pueden incrementar esos volúmenes de negociación con Venezuela. Ahora, es muy sencillo revertir eso, pues las licencias de las cuales dependen las sanciones las emite el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y solo requieren una orden ejecutiva. Solo requiere una orden ejecutiva, ni siquiera del presidente, sino del Secretario del Tesoro".
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