Negar licencia ambiental para impedir la mina Quebradona en Jericó

Negar licencia ambiental para impedir la mina Quebradona en Jericó                            

Los impactos de la explotación de este yacimiento de cobre y otros metales por AngloGold Ashanti serían catastróficos y a perpetuidad, un proyecto que debe impedirse que avance

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noviembre 06, 2020
Negar licencia ambiental para impedir la mina Quebradona en Jericó                            

Los estudios técnicos han demostrado plenamente que, si AngloGold Ashanti (AGA) desarrolla el proyecto minero Quebradona, los impactos ambientales y sociales que generaría no se podrían evitar, ni revertir, ni reparar, ni mitigar, ni compensar, es decir, serían como se les dice: a perpetuidad. Solamente se evitarán negándole la licencia ambiental.

Ante estos impactos, la única respuesta de la minera ha sido una intensa e insólita publicidad pagada, usando diferentes medios de comunicación, que buscan opinión favorable a su proyecto. Así creen ellos que se respaldará y se presionará a las autoridades competentes para la obtención de la licencia ambiental, en forma similar a como lo hicieron con las “Presentaciones de Socialización del Estudio de Impacto Ambiental.” Por eso, ante la Superintendencia de Industria y Comercio, se ha radicado una denuncia por publicidad engañosa, instaurada por la Veeduría Ciudadana por la Defensa del Patrimonio Ecológico y Cultural de Jericó, Antioquia.

Paso a enunciar, entonces, los impactos más graves:

Cambio drástico y forzado en la estructura social: la tradición, la cultura, las costumbres de Jericó, de Támesis y de todo el Suroeste antioqueño se afectarían negativamente al ser forzadas a cambiar su vocación agrícola, ganadera, turística y ecológica por algo tan diferente como la minería. Es el absurdo que quiere imponer la multinacional surafricana. Además, como las instalaciones de planta y las bocas de los túneles de acceso al sitio de explotación, serían mucho más cercanas a la cabecera de Támesis, a Palermo y a Puente Iglesias, corregimiento de Fredonia, que a Jericó, habría gran afluencia de gente extraña que generaría irreversibles problemas de descomposición social e inflación local de precios. Obviamente, estos serían a perpetuidad.

Pila de relaves: El procesamiento diario de 17.000 toneladas de roca dejaría unos residuos llamados colas o relaves que, inevitablemente, se tienen que almacenar para siempre, como lodos o como arenas filtradas y apiladas. Eso es lo que propone AGA:  haría un cerro de arenas venenosas más de tres veces el tamaño del cerro Nutibara, de Medellín que tendría alto riesgo de derrumbamiento y avalancha, que pudiera llegar al río Cauca y, de paso, dañar  la nueva autopista Pacífico 2, según un modelo bastante mejor que el utilizado por AGA-Integral. Esa pila drenaría aguas ácidas y sería un daño grandísimo al paisaje y a la morfología del terreno y, por tanto, a los cauces de las aguas.  Además, su ocupación de 174 hectáreas sería una pérdida de terreno útil para el agro. También, el aire sería fuertemente contaminado con gases y polvo en días secos y con gases y pantano cuando llueve, debido al intenso  tráfico de volquetas creciendo la pila. Y, reconoce AGA, la contaminación eólica (por vientos) pero no los daños a los potreros, cultivos de cítricos y otros por el polvo generado.

 

La Subsidencia como tal: El método minero que usaría AGA, de entrarle por debajo al yacimiento, genera siempre el hundimiento (subsidencia) paulatino del terreno que queda encima. Calculan ellos mismos, 500 metros de diámetro del hoyo y otros 500 o 600 de agrietamientos. Todo sería terreno perdido, lo mismo que el bosque existente hoy. Requerirían múltiples desviaciones de cauces de quebradas para evitar que se vayan por el hoyo o las grietas y se haría gran daño al paisaje. Ese proceso rompería acuíferos y se  generarían  aguas ácidas que saldrían por los túneles.

Cierre perimetral de la zona de subsidencia, con malla de hierro y polisombra. Lo construiría AGA para impedir acceso a la zona de agrietamiento por elevadísimo riesgo para fauna terrestre y para los humanos. Y después del cierre de la mina, nadie le daría mantenimiento y, menos, reemplazo.

Desviación de cauces y otros daños en las partes altas de manantiales o quebradas.  Disminuiría y, hasta secaría totalmente, los caudales. En uno de ellos sería cerca del 98%. Destrozaría la vegetación y el paisaje en la zona alta de montaña, con una red de conducciones de agua y carreteables para construirlas y  mantenerlas.

Pérdida o disminución grande de los caudales de quebradas por daños subterráneos (túneles y caverna).  Bajaría el nivel freático de las cuencas secando muchas fuentes superficiales lo cual induce sequía en la vegetación y disminución del suministro. Los perjuicios para la agricultura, la ganadería y la vida humana y de fauna y flora serían gravísimos. Se perdería el encanto de varias cascadas existentes que son gran atractivo turístico.

Aguas ácidas de minería. El agua en contacto con la roca y con oxígeno del aire se acidifica, quedando tóxica para todo uso por vegetales, animales o humanos. Esto sucedería con las producidas por daños subterráneos y con las lluvias que caigan en la zona de subsidencia. Mientras la mina opere, se podrían neutralizar con tratamiento. Después del cierre, el “tratamiento pasivo” requeriría mantenimiento y reposición de materiales. El daño puede durar siglos.

Drenaje de aguas por los túneles. El presidente de AGA Colombia sostiene que en la zona no hay acuíferos y que los daños a las aguas serían mínimos. La propia AGA dice en su Estudio de Impacto Ambiental (EIA): “Impactos atendidos: alteración de la dinámica del agua subterránea, cambio en la estabilidad del terreno, alteración de la calidad del agua subterránea, alteración de la disponibilidad del agua subterránea y alteración de la calidad del agua superficial.” Y que “el caudal de infiltración de agua …oscilará entre 90 y 120 l/s.” Eso jamás se puede recuperar.

Destrucción de cobertura vegetal boscosa.  Dice AGA en el EIA que “para el área de operaciones… se requiere la intervención de 501,45 hectáreas de coberturas vegetales naturales y antrópicas.”… “mediante la tala rasa de los árboles” y que “Serían 41.681 árboles con 14.520 toneladas de biomasa aérea”, la que captura CO2. Ni eso ni la topografía serían recuperables ni compensables, menos con tantísimas instalaciones que allí  construirían. Otra serie de impactos a perpetuidad.

Impactos todos desastrosas e irreversibles.

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