La necrofilia es la atracción sexual por cadáveres y la necrofilia ideológica es, según la acertada definición del politólogo venezolano Moisés Naím, “el amor ciego por ideas muertas”. Para el agudo comentarista venezolano, “El peronismo es un ejemplo de necrofilia ideológica. Argentina es el único país que, habiendo alcanzado niveles de vida equivalentes a los de países desarrollados, se las arregló para subdesarrollarse. En esa involución tuvo mucho que ver el prolongado entusiasmo nacional por el peronismo en sus diferentes corrientes y momentos. El presidente Juan Domingo Perón fue un virtuoso del populismo que tan común se ha hecho en América Latina y más allá. Prometer lo que de antemano se sabe que no se podrá cumplir, o distribuir lo que no hay, o despilfarrar ahora lo que se necesitará más adelante, son algunas de las características del populismo. Hugo Chávez es el mejor ejemplo de esto en el siglo XXI”.
Pero el problema de la necrofilia ideológica va más allá, ya que parte destacada de los necrófilos recientes, en concreto los Castro, Nicolás Maduro, y Daniel Ortega, se dieron cuenta que si bien podían alzarse con el poder por medio de las legítimas vías que les brindaba la democracia, la única forma de no abandonarlo era contrayendo un execrable matrimonio con los fusiles. Hay, sin embargo, que entender que la inevitabilidad del fracaso político y económico del socialismo, muy posiblemente hace necesario el contubernio fraudulento entre las armas y el gobierno.
El video de Márquez, dirigido a la Conferencia Rosa Luxemburgo en Berlín,
fue muy seguramente grabado en Venezuela,
y en él exige respaldo total al gobierno ilegítimo y corrupto de Nicolás Maduro
Hace unos días el excabecilla de las Farc (¿y actual comandante supremo de las disidencias?), Iván Márquez (aparte de una enconada y virulenta defensa del socialismo) se arrepintió públicamente de lo que él mismo había firmado en La Habana. Márquez afirmó sin recato alguno que las Farc nunca han debido dejar las armas hasta que se hubiera completado la reincorporación de los miembros de esta guerrilla en la vida política. El video de Márquez, dirigido a la Conferencia Rosa Luxemburgo en Berlín, fue muy seguramente grabado en Venezuela, y en él el antiguo terrorista exige respaldo total al gobierno ilegítimo y corrupto de Nicolás Maduro.
Para el autor de esta nota las declaraciones de Márquez obedecen a que este terrorista confirma que los regímenes de extrema izquierda, para mantenerse en el poder, requieren los fusiles. ¿Puede pensar alguien que haya razón alguna diferente a los fusiles (que empuñan los ‘matones’ paramilitares al servicio de Daniel Ortega y Rosario Murillo, su mujer) no sean las que mantienen a los Ortega en la presidencia?¿A alguien se la pasa por la mente que el corrupto régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello se pueda atornillar si no es por el respaldo que con sus fusiles le dan las Fuerzas Armadas, y muy en especial la Guardia Nacional? Sin el consentimiento del Ministro de Defensa, Vladimir Padrino, Maduro no se mantiene en el poder 24 horas. En Venezuela, de no alcanzarse un entendimiento con los militares que mantienen a raya a la población civil que cada día está más desesperada con los abusos, la corrupción y la manifiesta incompetencia del régimen, no va a ser posible un arreglo.
Y en el caso de Cuba, la dictadura más antigua del continente, ¿se la pasa a alguien por la cabeza algo distinto a que el soporte principal de dicho régimen es el poderosísimo aparato policial, militar y de espionaje hábilmente construido por el Partido Comunista durante más de sesenta años?
Todo parece confirmar que el socialismo - los necrófilos ideológicos - si bien son un grupo de personas que pueden llegar al poder por medio de los votos, para no tener que abandonarlo, necesariamente requieren los fusiles.
