Es el río más rico de Colombia y hoy está agonizando. Está ubicado en el bajo cauca Antioqueño y recorre las poblaciones de Zaragoza, El Bagre, Puerto Claver, Cuturú y Nechí.
Hace aproximadamente 500 años un grupo de 70 hombres españoles a caballos y bien armados salieron de la ciudad de Santa Fe de Antioquia en búsqueda de nuevas tierras para conquistar. Eran liderados por quien fuera el primer gobernador del estado soberano de Antioquia, el señor Gaspar de Rodas.
Luego de recorrer las escarpadas e inhóspitas montañas y después de soportar el inmenso frío que los quería congelar, quedaron perplejos al llegar a un caudaloso y cristalino río que regaba un hermoso valle de clima primaveral y que además estaba rodeado por unas hermosas montañas tropicales, cuyos bosques pintorescos y cuya fauna nunca habían visto. Sin duda era un majestuoso lugar, un paraíso que parecía sacado de un cuento de hadas, habían llegado al río Nechí.
Luego recorrer la zona se encontraron a los yamesies, que eran un grupo de indígenas que extraían oro de las riveras de ese hermoso río, por lo que Gaspar de rodas decidió quedarse allí y fundar una ciudad a la que llamo Zaragoza de Indias, en poco tiempo esta ciudad se convertiría en la capital mundial del oro durante el siglo XVII y XVIII y parte del XIX.
Nechí, según la lengua de los indígenas yamesi significa río de oro. Después de la independencia de Colombia y con la expulsión de los últimos españoles de Zaragoza, llega a este mismo sitio del bajo cauca antioqueño donde se encuentra este río, una multinacional francesa trayendo la primera draga a vapor, quien se le midió a seguir extrayendo oro dejado por los españoles, pero esta vez del fondo del río donde el oro se confundía con las arenas del lecho del Nechí.
Pero el río los venció, ya que su torrentoso caudal no permitía la extracción del mineral y a esto se agrega la carencia de tecnología para la época. Por ello decidieron vender sus derechos de explotación a la compañía gringa llamada Pato Gold Mines, ahora llamada Mineros S.A, quien en poco tiempo extraía del fondo y de las riveras del río Nechí más del 70 por ciento del oro de Colombia. Sin embargo, con el tiempo esto dejó una huella imborrable en esta región de Antioquia.
Aquel río cristalino se fue poniendo de color marrón por los grandes volúmenes de sedimentos arrojados por dicha multinacional, aquellos bosques pintorescos fueron reemplazados por montañas de tierra, producto de la gran remoción de tierra hecha por estas grandes dragas, y aquellas ciénagas y humedales que eran espejos de agua en donde el chigüiro convivía con los caimanes y este a su vez lo hacía con los grandes y diversos peces, ya no son así. Según cuentan los pobladores, el bagre y el bocachico eran los más grandes de la comarca, las tortugas se asoleaban en sus blancas y cálidas arenas, y las aves se posaban sobre las grandes ramas de suribio esperando el papayasos de los peces. Poco a poco aquella belleza deslumbrante que había sorprendido a Gaspar de Rodas y sus 70 hombres nunca más se volvería a ver.
Hoy en día, en época de verano, un carro puede atravesar el río Nechí a la altura del corregimiento de puerto Claver, porque un día la empresa Mineros S.A desvió el cauce del río dejando sin trabajo a aquellos pescadores, cuyos peces eran su única forma de sustento, cuya pesca era un oficio transmitido de generación en generación. Además, también se afectó el transporte fluvial, perjudicando a más de 15.000 habitantes de Puerto Claver, un corregimiento de El Bagre, ubicado a orillas de lo que hoy queda del río Nechí. Y a propósito de todo esto surgen muchas preguntas como: ¿quién responde por este genocidio ambiental? , ¿quién repara a estas familias afectadas por la desviación del río?, ¿por qué si en esta región se saca más del 50% del oro de Colombia estas poblaciones viven inmersas en la pobreza y la miseria?
Lo único cierto es que hoy el río Nechí es una mar de lodo y uno de los ríos más contaminados por mercurio del país. Además, a los pueblos mineros que lo rodean, como Puerto Claver, donde se ha extraído oro desde época de la conquista española, lo único que les ha quedado es un río de lodo.