La educación es un pilar fundamental en el desarrollo humano, pero tradicionalmente ha estado basada en un modelo de instrucción y control que ha limitado la creatividad y la exploración individual. Sin embargo, hay un movimiento creciente hacia un enfoque más libre en la educación, que permite a los aprendientes (ósea los llamados estudiantes), tomar el control de su propio aprendizaje y perseguir sus intereses individuales.
En este nuevo modelo de educación, se busca transformar la forma como las personas aprenden y construyen una sociedad cambiante. Por esto, el énfasis está en el proceso de aprendizaje, no en la enseñanza. Las personas tendrán la oportunidad de explorar temas que les interesan y de aprender de manera más profunda y significativa, en lugar de simplemente memorizar información. Con esto, se promueve una mayor motivación y compromiso con el aprendizaje, y se ayuda a desarrollar habilidades valiosas, como la resolución de problemas, la toma de decisiones y la creatividad.
Según Michel van Hissenhoven, fundador de Inventium Academy “Aprender desde la libertad y el estado de conciencia permite entender la sociedad que construimos para no confundirla con diversos valores como el éxito, el dinero y el poder que lamentablemente se han convertido en meta imperativa del desarrollo personal, fomentando comportamientos egoístas que restan valor a las relaciones y la sociedad. El enfoque que estamos lanzando en la escuela tiene que ver con, por ejemplo, que el papel del profesor se transforma de un transmisor de conocimiento a un facilitador del aprendizaje”.
A mi entender, uno de los mayores beneficios de este enfoque es que puede adaptarse a las necesidades individuales de cada persona. En ese sentido, los aprendientes pueden avanzar y centrarse en los temas que les interesan. Que interesante es que “estudiar desde la libertad genere valor para abre una gama de posibilidades infinitas y que conecte con mi creatividad, produciéndome grandes beneficios. Un ejemplo de esto es que se logra desarrollar la capacidad de pensar abiertamente, no nos condenamos con los paradigmas, vemos las circunstancias no como problemas sino como retos, aprendemos a cocrear, a escuchar al otro y a volverlo partícipe de nuestras acciones, a compartir y a comprenderme como aprendiz. En fin… este modelo, nos saca del espacio del miedo y de la inconsciencia”.
¡Puede sonar muy “romántico”, pero es una realidad! el modelo de educación basado en la libertad está ganando terreno y se convierte en una opción más popular para muchas personas, empresas y emprendedores. Desde la educación debemos permitir a los aprendientes que tomen el control de su propio aprendizaje y perseguir sus intereses individuales… así se fomenta la motivación, la creatividad y el compromiso con el aprendizaje. “La libertad de aprender me permite no buscar el control y no temerle a la incertidumbre, de hecho, la incertidumbre se vuelve un aliado porque no estoy enfocado en el resultado sino en las acciones, los acuerdos y el presente. Todo en la vida es elección, y la elección me hace responsable”, me dice Michel.
La invitación es a que como aprendientes promovamos un cambio, las escuelas y universidades deben dejar de pensar en el modelo económico y trascender al aporte para la sociedad. ¡Adiós al control, que viva la libertad! Un llamado para que como aprendientes creamos en la libertad de la educación, y que como instituciones consoliden programas basados en estos conceptos, con facilitadores que van más allá de la cátedra y generen una participación en estado de conciencia.