Un empresario joven, de buena presencia y personalidad arrolladora, que pareciera tener en el Twitter el borrador de los decretos, y el escritorio completo, cuando despide a un funcionario, sus seguidores, que pareciera que fueran todos, se enteran a la par del nuevo desempleado.
Recibió un país de realidad apocalíptica, parecía descrito por Macias, aquel “sonador” que un día, pretendió pordebajear a Dante en su magistral creación y recreación del infierno. La taza de homicidios superaba los 12.6 diarios y hoy, un año después, esa taza está en 4.2 homicidios al día, un muerto es un muerto, pero una reducción del 66.6%, hace las delicias de cualquier pueblo que sueñe con un cambio.
Sus decisiones y logros los podría firmar como @.gov.twitt, por ese medio obtiene la mitad de sus logros, entre ellos una popularidad impensable en un líder político de estas latitudes. Sin falsos positivos, - reportados hasta el momento -, es toda una celebridad en su país, donde las maras y sus “maranadas” son el pan de cada día.
Apretó el control a estas peligrosas pandillas, autoras de la mayoría de crímenes en el país, aumentó el numero de pandilleros presos y los revolvió con las demás pandillas, casi todas encarnizadas rivales todas contra todas,
José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, quien suele premonizar y criticarlo todo, dijo en una entrevista a BBC “Revela una maldad y crueldad por buscar deliberadamente enfrentamientos entre estos grupos (de pandillas), aún a sabiendas de su rivalidad"
Resultado, una contundente respuesta del presidente Bukele: "Existe un acuerdo de no agresión entre las pandillas en las cárceles de El Salvador: llevan días durmiendo juntos y no se reporta el más mínimo incidente"
Ha tenido enfrentamientos permanentes con los poderes Judicial y Legislativo, pero es un Rock Star, sus seguidores le aplauden todo, torea para los tendidos, como dirían los taurinos, y a fe que lo logra.
Las cifras, hasta el momento, convierten poco a poco los enconados reclamos de organizaciones defensoras de derechos humanos, en débiles susurros. 92.5% de aprobación a su gestión como presidente, y 97.5% en el manejo de la pandemia. Reducción de homicidios en un 66%, renovación del convenio de cooperación de parte de Washington.
Si este presidente no confunde su mandato presidencial con una patente de corzo y al terminar no reforma la constitución para perpetuarse, pasara a la historia entre los grandes, ojalá lo haga bien y se perpetúe en la memoria agradecida de los salvadoreños y no desdibuje su buena labor, queriendo seguir disfrutando del aplauso.