Como varios de los grandes negocios, Avon tuvo su origen en otra idea, una que se le ocurrió al estadounidense David H. McConnell cuando vendiendo libros de puerta en puerta, se dio cuenta que al público femenino le llamaban mucho la atención las muestras gratuitas de fragancia floral que obsequiaba como parte de su estrategia de comercialización. Decidió entonces fundar en 1886 la empresa California Perfume Company, la cual tenía como objetivo comercializar una línea de fragancias elaboradas por él mismo, utilizando el mismo sistema de venta directa que empleaba con los libros.
La empresa que en 1939 cambió el nombre a Avon Products, Inc, vendía al principio una colección de 5 perfumes de fragancias florales en pequeñas presentaciones que con el tiempo se extendió a cosméticos, productos para el aseo diario personal y artículos de limpieza para el hogar. Con el paso del tiempo, los productos empezaron a comercializarse a través de la venta por catálogo, un mecanismo muy utilizado sobre todo en EE.UU. hasta la aparición del internet.
El siglo XX significó para esta multinacional una cadena de triunfos y se convirtió en una de las empresas emblemáticas en el mundo de los negocios multinivel, que consiste en usar una red de vendedoras independientes que compran los productos al por mayor y los revenden a un costo superior a sus clientes. Obtienen ingresos en función de sus propias ventas, así como de las ventas hechas por las personas que reclutan para trabajar para la compañía.
Avon trabaja solo con mujeres, las cuales son atraídas por la flexibilidad de horarios, la oportunidad de obtener un dinero extra y ser su propio jefe, trabajar desde donde quieran y cuando quieran. La mayoría de las agentes venden sólo durante unas pocas horas de cada semana. En su sitio web, Avon explica que sus vendedoras pueden obtener ganancias hasta por el 50 %, aunque según otra información, las comisiones van desde el 25% hasta el 42%.
Las capacitaciones y los incentivos como bonos, vacaciones pagadas o regalos de empresas también atraen a las vendedoras, pero como en cualquier negocio, pueden perder dinero cuando adquieren los productos que van a distribuir y no los logran vender.
A principios del año pasado, la cosmética brasileña Natura & Co adquirió Avon y nombró a Angela Cretu como su CEO, quien cuenta con mas de 20 años de experiencia en varios cargos directivos de la empresa y le reporta a Roberto Marques CEO de Natura & Co.
Natura no solo es la compañía más grande de belleza en Brasil, sino que desde hace unos años salió de compras por el mundo, en 2013 adquirió a la australiana Aesop y en 2017 pagó más de USD$ 1.000 millones por The Body Shop a L´Oreal. Combinando sus cuatro marcas, Natura, The Body Shop, Aesop y Avon, posee más de 3.000 tiendas y 200 millones de clientes en más de 100 países, lo que la convierte en la cuarta empresa más grande de belleza en el mundo.
Antonio Luiz Seabra quién fundara Natura Cosméticos en 1969 con Avon como arquetipo, logró en un poco más de medio siglo comprar su modelo original. En 1979 se asoció con Guilherme Peirao Leal y juntos crearon una línea de envases rellenables que se volvería tendencia mundial, hoy Peirao es uno de los principales accionistas. A sus 78 años, Seabra continua como codirector en la junta directiva, y posee una fortuna avaluada en USD$ 3.000 millones que lo ubica entre los 20 mas ricos de Brasil.
El grupo brasileño Natura que cotiza en la bolsa desde 200, cerró el año pasado con un crecimiento en ventas del 12 %, unos € 5.457 millones, sin embargo no logró generar ganancias, las restricciones ocasionadas por la Pandemia en varios países le generaron pérdidas por € 96 millones. Como respuesta, Natura & Co ha migrado rápidamente hacia la digitalización y ventas on-line, que combina con su efectivo sistema de ventas multinivel al que se dedican varias colombianas.
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