¡No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista!
Desde hace unas dos décadas atrás, los nariñenses nunca habíamos sido tal golpeados por una administración departamental como la presidida por Camilo Romero Galeano.
Su génesis es originada y avalada por dos personajes que gobernaron al territorio con estilos que algunos han dado por llamar alternativos o por lo menos diferentes en la manera de manejar la cosa pública. Tuvieron sensibilidad social con la problemática de los sectores tradicionalmente abandonados por el Estado y manejaron los recursos del erario con pulcritud.
Raúl Delgado y Antonio Navarro se equivocaron a la hora de escoger al personaje que gobernaría en el último cuatrenio. Apoyaron a un ciudadano, que si bien fue senador de la república, poco o nada hizo desde esa dignidad por el terruño y su historial político se limitaba a dos acciones que le dieron una trascendencia superficial: el movimiento “vale huevo” y la “revocatoria de los congresistas” con quienes finalmente se alió en Nariño para lograr la gobernación.
Es tal la desazón a la que ha llegado la administración que uno de los grandes empresarios de la construcción y donador de recursos de la campaña, el economista Víctor Rivas Martínez tituló su última columna de opinión de Visión Empresarial “Siento Tristeza” y manifiesta:
El boletín de prensa del Departamento de planeación nacional, publicado el 20 de octubre, informa que:
“Durante la vigencia del Plan de Choque el OCAD de la Región Pacífico ha aprobado 49 proyectos por $342.507 millones para que la región tenga mejores vías y colegios, más personas con agua potable y alcantarillado, con más casas nuevas, con mejores sedes recreo-deportivas y entidades de salud, entre otros beneficios.
En la jornada de hoy del OCAD Regional al departamento de Cauca se le aprobaron el mayor monto de recursos a través de ocho proyectos por $95.400 millones, seguido de Valle con 11 iniciativas y un ajuste por $55.758 millones, Chocó con tres proyectos por $26.080 millones y Nariño con una iniciativa por $1.400 millones.”
Consulté el tipo de proyecto que fue aprobado para Nariño y encontré que es para el fortalecimiento de la cadena frutícola en la Subregión Juanambú, cuyo valor solo representa el 0,8% del total aprobado para la región pacífica.
Fue tal mi sorpresa que no supe si reír o llorar. Sentí rabia y finalmente me embargo una profunda tristeza.
Hoy el corazón del mundo está paralizado. Si no formulamos y presentamos proyectos no habrá inversión; sin inversión aumenta el desempleo y los cultivos ilícitos como las actividades delincuenciales se continuarán apoderando del departamento. Cuando el gobernador se acerca al 50% de su periodo sin resultados qué mostrar y con un departamento en crisis, urge la revisión total de su equipo de colaboradores para poner el acelerador al equipo que formula y gestiona proyectos para recuperar el tiempo perdido. No hacerlo es ir de cabeza al despeñadero.
Los recursos para salud escasean, pues en los últimos meses el Aguardiente de Nariño ha desaparecido de los expendios sin que se conozca la razón de este hecho. A la incertidumbre que padece la ESE Hospital Universitario, que la hemos tratado en esta página, por la interinidad en la gerencia: se le suma la orden de arresto emitida por el juzgado 5 penal, por diez días, contra el director del Instituto Departamental de Salud, Omar Andrés Álvarez, sobrino del senador Tato Álvarez por desacato a una tutela.
En un acto que raya entre la comedia y la ridiculez se convocó a la ciudadanía a un acto litúrgico para pedirle al señor de los cielos que le ayude a salir bien librado de la imputación de cargos que la Fiscalía le hará el próximo 1 de noviembre por el sonado caso del “negocio” del aguardiente. Hubo buses contratados y multitudinaria entrega de publicidad. Sería bueno saber si para eso se utilizaron o no recursos públicos.
Colaterales: Su progenitor, Ricardo Jonás Romero, alcalde de Ipiales, o “la capital del sur” como le ha dado por llamarle a la “ciudad de las nubes verdes”, hace unos días hizo el lanzamiento de la “Ciudadela del Conocimiento”, copiando una exitosa propuesta hecha realidad en la hermana ciudad fronteriza de Tulcán, de la cual hacía parte la Universidad de Nariño, quien a última hora declinó su participación, por considerar, que la misma no era viable.
Otra tiene que ver con que a la compañera del padre del gobernador, Miriam Margoth Martínez, la Contraloría General de la Nación le dejara en firme el fallo que la obliga devolver la no despreciable suma de trece mil millones de pesos, por haberlos invertido en contratos que financiaron gastos de computación, cafetería, transporte y arrendamiento de oficina para los funcionarios de la UAESP del distrito capital. Como también se cuestionó un contrato relacionado con las actividades de cementerio “que tampoco guarda relación el servicio de aseo”.
La Contraloría ordena reintegrar los recursos y trasladarlos a todos los usuarios de la ciudad. El monto total es cercano a los cuarenta y ocho mil millones de pesos.
