Durante los ocho años del gobierno Santos, los senadores barranquilleros de la U, José David Name y Eduardo Pulgar votaron juiciosamente los proyectos que el expresidente impulsó. Sin embargo, desde el principio de la campaña electoral, los congresistas costeños fueron los primeros en subirse al bus del uribismo y después encabezaron el grupo de 25 parlamentarios del partido que votaron por unirse a la coalición de gobierno de Iván Duque. La decisión causó malestar dentro del partido, pero la respuesta de los dos fue contundente: “El partido de la U se llama así precisamente por la U de Álvaro Uribe”, aunque su director, entonces Juan Manuel Santos, lo presentará como el Partido de la Unidad.
José Name caminaba con confianza en la Casa de Nariño, y saboreó la dulce mermelada: recibió seis proyectos por valor de $ 21.000 millones en obras de infraestructura en el Atlántico y el Quindío. En el año 2012, le fueron asignadas tres partidas presupuestales por $ 6.440 millones para la construcción de carreteras rurales en los dos departamentos. Además, fue seleccionado por el gobierno para manejar una partida por $ 8.000 millones destinados a la construcción del proyecto de saneamiento de caños en Barranquilla que se convirtió en uno de los activos políticos con los que Name obtuvo 103 mil votos en 2014. Finalmente, el senador de la U también recibió unos $ 7.000 millones para ser gestionados en los proyectos de Prosperidad Social.
Pero Name, heredero de la casa política de su padre, el cacique liberal del Atlántico José Name Terán, nació en el uribismo. Name Terán fue uno de los entonces senadores que ayudó a fundar, junto a Juan Manuel Santos y otros tantos, el partido de La U para mover la reelección de Álvaro Uribe en 2006. Financió con $ 150 millones el ejercicio de recolección de firmas para asegurar aquel referendo reeleccionista, con el que Uribe buscaba anclarse en el poder.
La historia de Eduardo Pulgar es distinta. Armó un frente propio para que el partido virara en U para acercarse al uribismo. Tenía un amigo común: Alejandro Ordóñez a quien le debe su renacer político.
En enero de 2014, el entonces procurador y hoy embajador en la OEA decidió revocarle la inhabilidad por 18 años que tenía Pulgar desde 2007 cuando se comprobó que, en el año 2000, cuando Pulgar era concejal de Barranquilla, participó en un millonario fraude a las arcas de la ciudad que le valió unos 5.200 millones de pesos. A través de una acción de tutela, Eduardo Pulgar exigió el cobro de las prestaciones sociales, y sueldos de más de un centenar de personas que supuestamente laboraron en el Concejo y la Personería de Barranquilla. Sin embargo, esos cobros se dieron con base en nombramientos, insubsistencias y actas de posesión falsas.
Ordóñez le dio un giro a la muerte política de Pulgar argumentando que la Procuraduría había valorado erróneamente varias pruebas que favorecían a Pulgar y otros 9 funcionarios que también habían sido sancionados en 2007. Sin embargo, sobre la decisión de Ordóñez cayó un manto de dudas porque la entonces esposa de Pulgar, la exsenadora de la U Karime Mota y de quién heredó la curul, había votado por Ordóñez para reelegirlo procurador. La decisión fue interpretada como un intercambio de favores que revivió políticamente a Pulgar y le sirvió para llegar al Senado por primera vez en 2014, sacando más de 80.000 votos y convirtiéndolo en uno de los electores duros de la U en la Costa.
Hoy tanto Name como Pulgar, elegido vicepresidente del Senado, se convirtieron en los voceros uribistas de la U. Aunque los dos han dicho que no esperan recibir ninguna cuota burocrática en el gobierno, el compromiso con el que quedó Duque es grande porque los dos senadores costeños lograron romper el partido para llevarlo nuevamente a sus toldas originarias y serán un respaldo clave en el Congreso que el gobierno tendrá que mantener contento.
