El apetito burocrático y presupuestal del nuevo presidente del Senado y de la bancada costeña tiene un objetivo inmediato: lograr que el presidente Santos les entregue el Fondo de adaptación para el cambio climático que tiene un presupuesto de $9.3 billones y una manera de contratación expedita, más ágil que la ley 80. El fondo fue creado por el gobierno para afrontar la catástrofe ambiental y humana que generó la ola invernal de finales del 2010 cuando Santos iniciaba su primer periodo presidencial. El manejo del fondo por parte de la barranquillera Cecilia Álvarez fue tan exitoso que la catapultó al Ministerio de Transporte y el Presidente nombró para reemplazarla a quien fue su subdirectora, también costeña, Carmen Arévalo quien había sido viceministra del medio ambiente y consultora del Banco Mundial para estos temas.
El fondo ha sido manejado de una manera técnica y depende directamente del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas quien fue ratificado en el cargo, pero se sabe del poder de un congreso empezando legislatura es muy grande. Los otros dos pesos pesados de la bancada costeña Bernardo 'Ñoño' Elías y Musa Besaile, también tendrían interés en el fondo; quieren seguir en las comisiones económicas y Besaile aspira a ser presidente de La U, con lo cual frustraría las aspiraciones de Roy Barreras, mientras que el Ñoño aspira a presidir el Senado en el tercer año por encima del acuerdo firmado para apoyar a Mauricio Lizcano.