Mañana por las calles de Belfast se dará inició al 97 Giro de Italia, en donde como nunca antes en la historia, los corredores nacionales, teniendo en cuenta el recorrido de la vuelta y sus propias condiciones, tienen grandes posibilidades de ganarse la que es considerada "la carrera más dura del mundo, en el país más bello del mundo".
Nueve finales en alto, tres de ellos en escarpadas y míticas montañas (Oropa, Val Martello y Zoncolan) alimentan la ilusión de un pueblo que…. Que prácticamente le ha dado la espalda a sus guerreros y que centra su atención en el cada vez más cercano Mundial de Fútbol.
La carta principal de los escarabajos es Nairo Quintana, figura indiscutida del ciclismo universal y considerado por los especialistas como el principal favorito para imponerse en la carrera. Más que los rivales, lo que me preocupa es su salud. Si el boyacense logra mantenerse al margen de caídas y no llega a resfriarse, sería una sorpresa mayúscula que no ganara. Los pesimistas dicen que es prematuro exigirle al fenómeno de 24 años que se imponga en su debut en el Giro ¿Pero qué podemos hacer si estamos ante el mejor escalador del circuito desde que Marco Pantani dejara huérfanos a los Pirineos?
Viendo la rueda de prensa que realizó antes de partir para España a unirse con su equipo, notamos que a Naironman le gusta comerse la presión con papas fritas y coca-cola. Él mismo dijo sin miedo a comprometerse que su objetivo es la maglia rosa, que para eso ha preparado la temporada que empezó con éxito ganando en enero el Tour de San Luis y que continuó acertadamente corriendo algunas clásicas o vueltas de una semana en Europa y terminándola en las montañas boyacenses, en su entorno y con su adorada familia cerca.
A su favor tiene, además de sus piernas de titanio, un entrenador con la sabiduría de Eugenio Unzué quien ha sabido formar un equipo para las necesidades del de Cómbita. Con Jonathan Castroviejo y José Herrada, Movistar Team buscará controlar las escasas etapas en terreno llano y sobre todo, imponerse en la contrarreloj de mañana. Cuando la carretera se empine y el aire empiece a faltar, Nairo, al voltear su rostro, encontrará seguramente el de Igor Antón, el nuevo refuerzo del equipo, de amplia trayectoria y con un poderío más que comprobado en la montaña. Pocas escuadras superan en calidad a los nueve hombres del Movistar.
¿Sus rivales? No son tantos como se creen. La ausencia de Nibali, actual campeón del Giro, Contador, Froome y Wiggins, muy ocupados preparando el Tour de Francia, hacen que las opciones de Nairo se potencien. El más duro va a ser Joaquín Rodríguez. El popular Purito cuenta con un equipo de miedo, con gregarios de lujo como Dani Moreno y ya le ganó esta temporada, por muy pocos segundos, a un Quintana enfermo en la Volta a Catalunya. Sin embargo, la reciente caída sufrida en las Ardenas, sus 35 años y la maldición que le ha impedido llevarse una gran vuelta, pueden pesar a la hora de afrontar los terribles ascensos de los que está compuesta esta edición de la carrera italiana.
Cadel Evans, con 37 años a cuestas, ya no es el mismo ser sobrenatural que supo llevarse hace algunas temporadas el Tour de Francia. No obstante podría ser peligroso despreciarlo. Lo imagino con su habitual cara de sufrimiento tratando de estar a tope en Montecassino o Zoncolan. Tiene a su disposición todo el poderío de BMC, con coequiperos luchadores como el excampeón olímpico Samuel Sánchez.
Y aunque no lo crean, por ahí uno de los rivales más consistentes con los que puede cruzarse Nairo es con su compatriota Rigoberto Urán. No ha sido una temporada demasiado brillante la del de Urrao, pero en su última participación, en el Tour de Normandía, logró demostrar que está a punto para el Giro. A diferencia del capo de Movistar, Rigo tiene experiencia en la carrera y no podemos olvidar que el año pasado sólo fue superado por Vicenzo Nibali. Su equipo no está en buena forma y la excesiva montaña podría jugarle una mala pasada, pero Urán es un tipo de mentalidad y piernas fuertes. Además que está ansioso por quitarse de encima las malas vibraciones que generó su caída a pocos kilómetros de meta en el pasado mundial de ruta.
Los italianos no se ven con demasiadas opciones. Habrá que esperar algo de Pozzovivo, Scarponi o Basso quienes seguramente estarán entre los diez primeros pero de ahí a pensar que pueden ganar sería una sorpresa mayúscula. Hay que tener cuidado con el combativo irlandés Daniel Martin quien en silencio ha venido realizando una buena preparación y otra de las posibles sorpresas podrá ser el joven escarabajo Julián Arredondo quien ha demostrado tener dinamita en las piernas en las carreras que ha disputado esta temporada.
Pero insisto, si Nairo está bien de salud y no sufre caídas, es lógico pensar de que por fin tendremos a un colombiano luciendo la maglia rosa en la etapa final en Trieste. Celebraremos unos pocos, porque para esa fecha ya todo el país tendrá volcada su atención hacia el mundial. Es una lástima que la fiebre por el ciclismo se haya perdido en un país que ha sabido recibir más gloria de sus pedalistas que de cualquier otro deporte. Ya no hay locutores transmitiendo desde Europa y tenemos que adoptar al argentino Mario De Sábato o a la mexicana Georgina Ruiz-Sandoval, para que con sus emocionantes relatos se nos ponga la piel de gallina ante las hazañas de nuestros aníbales cruzando los Alpes.
