Fue lanzada la primera carrera ciclística categoría 2.1 en Colombia con el florido nombre “Oro y Paz” que se correrá del 6 al 11 de febrero del año entrante. Paradójico título porque ni hay paz, ya que muchos odian que esto ocurra, y el oro, pues se lo llevan las multinacionales sin beneficio para los locales. Esta es una de las pocas carreras que en el calendario de la UCI para 2018 aparece con un nombre muy singular. Las más famosas, fieles a lo que es su recorrido se llaman París-Niza o Tirreno-Adriático para marcar el inicio o final de la competencia, o el nombre de Vuelta, Tour o Giro, para aludir la ruta en torno al país o región de la competencia.
“Oro y paz” recuerda la paradoja del escudo de Colombia, con un cóndor en extinción, un istmo de Panamá perdido hace más de un siglo, granadas de oro que ya no existe, otra granada con frutas y verduras cuando los alimentos de más consumo, en su mayoría, se exportan, en fin… Un título como este hace parte de la mentalidad parroquial e ingenua, pero también de la mentalidad tradicionalista y corrupta que impide la modernización de Colombia y sigue dominando las estructuras de poder a favor de unos pocos y en detrimento de una mayoría acrítica.
Lo importante, como siempre, es que son los deportistas los que dan otra cara y más allá de los estereotipos revindican el valor de un evento como este. La presencia en el lanzamiento de la competencia de Nairo Quintana, Rigoberto Urán y Fernando Gaviria, los tres ciclistas colombianos más destacados en la actualidad, limpia la imagen de dos burócratas sentados a su lado de saco y corbata. Esa ha sido la tradicional paradoja del deporte colombiano, talentosos deportistas rodeados de burócratas panzones que manipulan los fondos del deporte en Colombia, mientras que en un país, obsesionado con el ciclismo, los jóvenes sueñan con la gloria pero necesitan antes una bicicleta que difícilmente pueden conseguir, tal como lo reportó Los Angeles Times.
Una carrera categoría 2.1 es aquella en la que pueden participar los equipos profesionales del que llaman el “World Tour”, es decir, los equipos que tienen licencia de la UCI para correr las competencias más importantes, que en su mayoría son en Europa, y equipos profesionales continentales, es decir, equipos que no acceden a la primera categoría sino mediante invitación de los organizadores de carreras como el Tour de Francia, el Giro de Italia y La Vuelta a España, entre otras, que son 2.UWT, así también equipos continentales que solo compiten en su región y selecciones nacionales. La extinta Vuelta a Colombia era categoría 2.1 por eso la nueva permite el acceso a los equipos del World Tour.
Como lo han señalado varios medios, de los equipos profesionales están confirmados los equipos de los corredores colombianos de World Tour, es decir, el Sky, de los primos Henao, el Movistar de Quintana, Betancurt y Anacona, el Quick Steps de Gaviria y el EF.Drapac de Urán. Entonces, ayuda que estén ya acá los corredores de equipos del primer nivel de las competencias ciclísticas mundiales.
Ver: Quintana, Urán, Gaviria launch new Colombia Oro y Paz race
Ojalá que el desarrollo y el futuro de esta carrera, en aras de fortalecer uno de los deportes más importantes de Colombia, que ha obtenido mejores resultados, por encima incluso del fútbol, genere un nuevo modelo de desarrollo del deporte en el que los muchachos que quieren ser ciclistas puedan conseguir más fácilmente la bicicleta que la desequilibrada situación económica de Colombia impide. Es importante también advertir que a Nairo Quintana cuando regresó de ganar el Tour de l’Avenir le robaron su bicicleta, que no vaya a ser noticia que en un descuido a un ciclista del World Tour le roben la suya como sucedió en la pasada Vuelta a Colombia.
Finalmente, esta carrera permitirá desarrollar más el control al dopaje en Colombia, como quedó demostrado en la última Vuelta a Colombia donde 8 ciclistas fueron reportados como positivos. Si no se hubiera pensando en el control antidopaje, pensando en la carrera del otro año, difícilmente se hubiera develado una práctica que parece es más común de los que se piensa en Colombia, manchando al pelotón nacional, ya solo por eso, que exista una carrera 2.1, es un avance importante.
P.D. Ojalá que la “Oro y Paz” que se centra en los apoyos del gobierno no fracase como fracasó el Tour de San Luis en Argentina.
