La rueda de prensa de Nairo Quintana contra la dirigencia de la Federación Colombia de Ciclismo sería un nuevo capítulo en la eterna pelea entre Antioquia y Boyacá, las dos regiones de donde han salido los mejores ciclistas, donde hay más dirigentes y empresas interesadas en el ciclismo y donde están las dos ligas más fuertes e influyentes. Y sería un capítulo más, sin transcendencia alguna en los medios, si no fuera porque Quintana es hoy uno de los mejores deportistas en la historia de Colombia, y porque sus denuncias son ciertas.
En enero de este año se celebraron elecciones para elegir al nuevo presidente de la Federación y a su comité ejecutivo. Dos bandos se disputaban los votos de las ligas, uno presidido por Jorge Ovidio González Longas (gerente de la Federación, ex presidente y miembro del comité ejecutivo desde 2001) y el otro liderado por Fernando Flórez Espinoza, exalcalde de Tunja y exgerente de Indeportes Boyacá.
El primero le apostaba a la continuidad de su gestión, y era apoyado por el presidente de la Federación Agustín Moreno, el exgeneral de la Policía Rodolfo Palomino, el expresidente de la liga del Valle Hernando Zuluaga, y por grupos empresariales como la Organización Ardila Lülle, Avianca, Sura, Suárez y GW Shimano. Sus buenos lazos con Coldeportes y el Comité Olímpico Colombiano (COC) lo hacían favorito. Incluso recibió el apoyo discreto, por medio de sus redes sociales, de la medallista olímpica Mariana Pajón, ya que dentro de la plancha para continuar en su gestión Jorge Ovidio presentó seis nombres que lo acompañarían, entre los que estaba Carlos Mario Pajón, padre de la reina inalcanzable del BMX. Flórez por su parte proponía un revolcón radical de la entidad, un manejo transparente y publico de los recursos, el fortalecimiento de las ligas, la organización en Colombia de competiciones en cualquier categoría UCI e incluso la intervención directas de la Federación a la hora de solicitar los permisos para el uso de las carreteras durante competencias ciclísticas.
Su candidatura fue respaldada por Ettore Sangiovanni, presidente de la Federación entre 2001 y 2009; Gustavo Alberto Lenis, quien está al frente de la representación en Colombia de Hyundai y quien estuvo en el concejo directivo cuando Sangiovanni fue presidente; Martha Jaramillo, esposa del presidente de Alkosto, Manuel Santiago Mejía; y Alfonso Gómez, presidente de Telefónica Movistar en Colombia, que además patrocina un equipo continental. Pero su carta más importante era Nairo Quintana, que en agradecimiento a los empresarios que lo apoyaron en su formación, y después de revisar el proyecto, hizo campaña a favor de Flórez, comunicándose incluso con los presidentes para comprometerlos con su voto.
Aunque la candidatura de Flórez fue lanzada a finales de 2016, fue en enero del presente año cuando las campañas fueron tomando más fuerza, aunque poco se habló de esto en la prensa. El grupo de Flórez – Nairo logró el apoyo de Alejandro Char, alcalde de Barranquilla, y de algunos dirigentes deportivos de la Costa. El grupo de Ovidio González contraatacó prometiendo y regalando bicicletas y material deportivo a ligas pequeñas como Guajira o Amazonas. No tardó en responder a aquellos que lo acusaban de hacer campaña sucia, afirmando que es algo que ha hecho siempre y no solo en tiempos de elecciones.
Al mismo tiempo se despachó contra sus rivales por buscar ayuda en los altos mando de la política. El grupo de Flórez, Nairo no se quedó quieto, y con premura contactó al gobernador de Cundinamarca, a ministros y ex ministros, e incluso al Presidente Santos (que al parecer rechazo entrometerse) y al senador y expresidente Álvaro Uribe Vélez. Uribe respondió al llamado y envió a Hernán Cadavid, uno de sus asesores en el Congreso, a hablar con un par de gobernadores para explicarles la situación e instarlos a ayudar. Aunque los gobernadores no pueden votar, sí pueden servir en una campaña de este tipo porque las ligas dependen, en gran medida, de los recursos de los institutos departamentales de deportes. Por eso, tener a gobernadores de su lado podía servir para compensar el apoyo de las ligas a González. Sin embargo, este esfuerzo fue infructuoso.
A tres días de la elección el grupo de Flórez hacia cuentas, pues al parecer tenían asegurados 16 votos de las ligas. Pero en esos tres días, creen que todo cambio cuando la directora de Coldeportes, Clara Luz Roldan, hizo ‘lobby’ a favor de Ovidio, algo que quedaría confirmado en conversaciones que tuvo con el presidente de la liga de La Guajira. Al menos seis ligas, incluyendo la del Atlántico, pasaron su voto a González.
El 24 de enero, en una asamblea extraordinaria hecha prácticamente de afán, 25 ligas de las 29 que conforman la Federación elegirían un nuevo presidente. Pero a la hora de las elecciones, Flórez y su grupo no se presentaron. Al inicio de la elección, un delegado de la liga del Magdalena mostró un documento con el cual dijo iba a impugnar la asamblea, lo propio hizo la liga de Boyacá y Bogotá las apoyó, por lo que se retiraron. Las restantes 22 ligas votaron por Ovidio.
El grupo de Flórez, a través del delegado de la liga de Magdalena aclaró que no se presentaron porque: “el Código de Comercio señala que las asambleas extraordinarias tienen por objeto la atención de necesidades imprevistas o urgentes, por lo que la elección de los órganos sociales no se puede llevar a cabo en una reunión de este tipo. Para las ligas de ciclismo de Boyacá, Magdalena y Bogotá es fundamental no solo que se cite a una reunión ordinaria sino que la administración saliente de la Federación entregue un informe de su gestión del año 2016 antes de tomar decisiones sobre el futuro de la entidad”. El grupo de Nairo fue derrotado y este, enfadado por ver frustrado su sueño de un cambio en el ciclismo interno colombiano, rechazo volver a involucrarse en cualquier campaña de este tipo. Jorge Ovidio González por su parte no se quedo callado, mostrando en declaraciones a la prensa resentimiento hacia Nairo por involucrase en la primera campaña que lo hizo tambalear.
Para ver porque Nairo Quintana es crítico de la dirigencia actual y por qué apoyó un cambio de aires hay que ver quiénes son los pesos duros de la Federación:
Jorge Ovidio González, quien lleva 16 de sus 67 años en la Federación de ciclismo, es la cabeza. Pero su historia como dirigente va más atrás. En los ochenta, en la época de oro del ciclismo colombiano, patrocinó varios equipos con su empresa ‘Bicicletas Romek’. Incluso patrocinó a Santiago Botero en el primer campeonato internacional que este ganó en Ecuador. Autodenominado como el padre del Ciclomontañismo en Colombia, participó de la fundación de la Comisión Colombiana de Ciclomontañismo (CCCM) en 1992, donde fue elegido su primer presidente. Eso lo impulsó hasta el comité ejecutivo de la Federación. En 2001 Ettore Sangiovanni fue elegido presidente, y nombró vicepresidente a Jorge Ovidio, que además siguió siendo cabeza de la comisión de ciclomontañismo. La labor de Sangiovanni fue sacar adelante una Federación con deudas y con la sede embargada, algo a lo que le dedicó la mayor parte de su gestión, descuidando otros temas justo en una época en que estallaron graves escándalos de dopaje, y las personas le perdieron interés a la Vuelta a Colombia cuando varios de sus campeones dieron positivo en controles antidoping (como Hernán Buenahora, José Castelblanco y Libardo Niño). Otro de sus objetivos fue recuperar los derechos de la propia Vuelta, que habian sido vendidos en los ochenta a la empresa Colmena.
Ettore fue reelegido en 2005 y la directiva, con algunos cambios, se mantuvo. En enero de 2009 fue elegido como presidente por mayoría el ex ciclista y presidente de la liga de Boyacá Plinio Casas. Pero Casas falleció diez meses después pues llevaba tiempo combatiendo un cáncer de estomago. Fue la oportunidad de Jorge Ovidio, que en elecciones extraordinarias consiguió el voto de todas las ligas de ciclismo. Lo primero que hizo fue crear el puesto de Gerente General, que a diferencia de los miembros del Comité si recibe salario. También ordenó comprar un vehículo para uso exclusivo del presidente, y la primera sede de la Federación en el norte de Bogotá que se tenía arrendada y que recibía un dinero fue vendida sin ninguna explicación. Quien había trabajado por el Ciclomontañismo poco a poco se fue olvidando de la trocha y el barro, ya que la ruta y el BMX con sus grandes representantes empezaban a dar grandes títulos y por ende una mayor publicidad tanto para la Federación como para los propios egos. Como no podía ser reelegido apoyo a su amigo Ramiro Valencia Cossio en su candidatura. Valencia fue elegido presidente para el periodo 2013-2016, pero renunció en 2015, siendo elegido otro amigo de Ovidio: Agustin Moreno, miembro del comité. Eso sí, Don Ovidio fue designado Gerente general, el único puesto que tiene salario…
Durante su liderazgo, han destacado los desatinos, sobretodo en el ciclismo de ruta. La Vuelta a Colombia es hoy una carrera con escasa importancia nacional e internacional, e incluso estuvo varios años fuera de cualquier categoría UCI. Hoy es una carrera categoría 2.2, pero ni siquiera cumple los requisitos mínimos, como la cantidad de equipos extranjeros participantes. En varias entrevistas se ha dicho que la Vuelta tiene un costo entre 2.500 millones a 3.500 millones de pesos, recolectado entre los municipios que quieran ser punto de salida o de llegada. Sin embargo, los premios son bajísimos. El ganar una etapa da apenas 600.000 pesos. Eso, junto con los pobres recorridos, la pésima transmisión por televisión y la gran cantidad de etapas (solo las tres grandes superan a la Vuelta a Colombia en días de competición) la hacen una carrera sin atractivo. Peor aún: cuando comenzaba a disputarse la Vuelta a Colombia 2016, se descubrió que apenas se estaban comenzando a pagar los premios de la edición anterior.
Aunque varias empresas privadas y organizadores han querido realizar carreras en Colombia donde puedan venir equipos del World Tour y ciclistas como Nairo Quintana o Rigoberto Uran, la Federación dominada por González no les ha permitido hacerlas. Un ejemplo reciente es el Tour del Café, una carrera por etapas que contaba con todos los requisitos UCI y con toda la aprobación de los altos dirigentes de la Unión Ciclística. Además contaba con el apoyo de los Gobernadores del eje cafetero. Pero a la hora de inscribir la carrera en el calendario UCI la Federación negó el aval y despotricó de los organizadores.
Ramiro Valencia Cossio, por su parte, fue presidente entre 2013 y 2015, cuando renunció a su puesto. Es hermano de Fabio Valencia Cossio, ex ministro del Interior de Álvaro Uribe, y su otro hermano, Guillermo, fue condenado por concierto para delinquir agravado y enriquecimiento ilícito. Ramiro por su parte no es una perita en dulce. Ha sido investigado disciplinariamente por la Procuraduría, junto con el ex alcalde de Medellín Luis Pérez Gutiérrez, 19 concejales y tres gerentes por presuntas irregularidades en detrimento del patrimonio de las Empresas Públicas de Medellín (EPM), cuando fue miembro de su junta directiva entre 2000 y 2003. Y aun hay más. A finales de 2003 EPM incursionó en la construcción de centrales eléctricas fuera del país, con el proyecto hidroeléctrico Bonyic en la frontera entre Panamá y Costa Rica. Para eso EPM asumió el control de la sociedad Hidro Ecológica del Teribe (HET), empresa que financiaría, construiría y operaría la central hidroeléctrica. La obra debía estar en operación en 2006, pero debido a problemas con las comunidades indígenas locales, a permisos ambientales, y a diseños iniciales incompletos, la central inició operación en 2014, y el costo final de la inversión fue seis veces mayor al estimado en 2003. Cuando estalló el escándalo de los “Panama Papers”, entre las empresas “offshore” que hicieron transferencias ocultas y evadían impuestos estaba la sociedad Hidro Ecológica del Teribe, con un capital de ciento cincuenta millones de dólares. Uno de sus directores era Ramiro Valencia Cossio.
Su gestión como presidente de la Federación tampoco estuvo exenta de polémica. En diversas entrevistas demostró un desconocimiento del ciclismo en general, como por ejemplo la clasificación por puntos en los diferentes escalafones de la UCI. Fue además indignante que en un evento patrocinado por Claro Colombia afirmara públicamente que “El control del doping y las drogas ilegales son mi objetivo". Y un hoy no es claro el destino de cerca de mil millones de pesos que el Gobierno ecuatoriano le pagó a la Fedeciclismo por ser punto de salida de la Vuelta a Colombia 2013.
Agustín Moreno Aristizábal, presidente electo tras la renuncia de Valencia, tampoco tiene buenos antecedentes. Fue procesado disciplinariamente por la Procuraduría por "aumento injustificado del patrimonio” cuando ejercía como Gerente Financiero de la Industria Licorera de Caldas. El no aprovechar 8 cupos que le fueron otorgados para el mundial de Qatar tal vez sea el punto más bajo en su gestión. Alegar falta de recursos, pero enviar a Rodolfo Palomino como delegado, es inentendible.
Tampoco es clara la presencia de Rodolfo Palomino López, vicepresidente de la entidad desde 2010. Palomino tuvo que dimitir de su puesto en la Policía después de que la Procuraduría General lo notificara de la apertura de tres investigaciones en su contra por el seguimiento a periodistas, incremento injustificado en su patrimonio y la creación de una presunta red interna de prostitución conocida como "la comunidad del anillo".
Eso en cuanto a la falta de ética dentro del manejo de la Federación y de la elección de sus dirigentes. Ahora, Nairo también hizo recientemente varias críticas entre las que se destacan las siguientes: “Una dirigencia que por años no ha presentado balances económicos”. Solo hasta este mes el presidente de la Federación confirmó que hubo ganancias de 810 millones de pesos, pero no ha mostrado públicamente las cuentas.
“Una dirigencia que no manda a todos sus deportistas cuando tiene todos los cupos en mundiales”. Para el mundial de Qatar se tenían 24 cupos y solo fueron enviados 16 ciclistas. La Federación no tiene ninguna incidencia en la cantidad de cupos que le otorgan en elite, pues el desempeño de ciclistas como Nairo o Chaves en las pruebas World Tour sirvió para sumar puntos suficiente en el ranking y obtener dichos cupos. En sub23 fue igual, entre Bernal, Fernando Gaviria y Miguel Ángel López consiguieron la mayoría de los puntos. O sea, la Federación no hizo nada para obtener los cupos, pero tampoco los aprovecha. De los 8 cupos se desaprovechan sobre todo los de las mujeres. En elite femenina había tres cupos y enviaron a Diana Peñuela a competir sola. Imposible que en el país no haya otras dos ciclistas buenas, y Peñuela se vio perjudicada a no tener compañeras de equipo. En junior femenina fue todavía peor, había cuatro cupos y enviaron solo a Yesi Dueñas. Se les quita la oportunidad a tres jóvenes ciclistas de mostrarse, y evidencia un claro machismo en la Federación. En Junior masculino había dos cupos y fue solo Adrián Bustamante, y en Sub23 había cinco cupos y enviaron cuatro. La excusa: no hay dinero para enviarlos (aunque, repito, la Federación mostro este mes ganancias de hasta 800 millones de pesos) o no hay nivel para competir por el título. Descaro total.
“Una dirigencia que no acompaña a las ligas al desarrollo de las carreras ni les brinda un apoyo”. La Vuelta al Tolima fue sido cancelada, corridas tres etapas. Su cancelación afectó a clubes, ciclistas, patrocinadores y dejó altas pérdidas económicas. Todo porque fue mal diligenciado un documento enviado a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). La desinteresada respuesta de Ovidio González, al preguntarle porque no había control ni organización, fue: “La liga del Tolima es quien responde por la carrera, no la Federación”. El año pasado, la Vuelta a Colombia fue tan desordenada que la tercera etapa la suspendieron varias horas los mismos ciclistas, comandados por el equipo Movistar, ya que todas las categorías corrían al mismo tiempo y el recorrido era sumamente peligroso.
“¿Cómo van a aportar a un ciclismo en el que no se hace control antidoping?” Varios entrenadores se han quejado de los pocos y esporádicos controles antidoping que se hacen en las competiciones, y la misma UCI ha expresado su preocupación. Al no haber una agencia nacional antidoping, por ley la obligación recae en Coldeportes, que generalmente tiene problemas a la hora hacer control en todos los deportes. La Federación no exige el pasaporte biológico, uno de los métodos más eficaces para combatir este mal. Tampoco atiende las denuncias: Hace un par de años el ciclista Juan Pablo Villegas denunció el uso casi masivo de sustancias y métodos dopantes en el ciclismo nacional, y la presión que recibían jovenes promesas por parte de entrenadores y ciclistas veteranos. Las amenazas anónimas llenaron sus redes sociales, y desde la misma Federación, en vez de apoyarlo y investigar, le exigieron que se retractara.