Quintana lo superó todo hasta cruzar el charco y empezar a ser, desde el 2012, el ciclista más importante del Movistar por encima de que Eusebio Unzue estuviera obsesionado con convertir a Alejandro Valverde en el mejor corredor del mundo. Sin embargo, un año después de ser profesional, Quintana demostró saber más que Valverde con todas sus vueltas y en la etapa más crucial de vientos en el Tour de Francia, la novena, el español se desconectó con el grupo, y perdió 10 minutos con el colombianito que, vivo, supo camuflarse bien entre los gigantes europeos y llegar adelante. Desde entonces fue el lider de la escuadra telefónica y no le pesó: Nairo, a sus 23 años, ganaba la camiseta de mejor joven, la de pepas rojas de la montaña, ganaba una etapa y, para colmo, se convertía en el único pedalista de un país en desarrollo siendo subcampeón del Tour de Francia.
Decían que era cuestión de tiempo que saliera campeón del Tour. Los resultados lo demostraban. Entre 2015 y 2017 Nairo Quintana acumuló dos pódiums mas en el Tour, un Giro y un subcampeonato en Italia, además de ganarle a Chris Froome en el 2016 la Vuelta a España. Era el único que le podía ganar al mejor del mundo.
Sin embargo, después de perder en la crono final contra Dumoulin el Giro del 2017, el equipo le dio la espalda de manera inexplicable. Don Luis Quintana, el papá de Nairo, le echó públicamente la culpa al equipo y a Unzue de querer quemar a su muchacho después de mandarlo a correr el mismo año Giro y Tour, intentando igualar el record que impuso Pantani en 1998. Después de quedar décimo en el Tour del 17 Unzue salió a poner en duda, públicamente, las condiciones de Nairo. La relación estaba rota.
A partir de allí Quintana quería irse de ahí. Hubo una baja en el presupuesto del equipo, ya no se contrataba a los mejores recuperadores ni había plata para hacerle los estudios que necesitaba Quintana para saber a qué se debía la baja de su condición. Una razón era el cansancio. En tres temporadas el Movistar explotó a Nairo poniéndolo a correr, sin descanso y una tras otra, seis grandes vueltas consecutivas.
Además el equipo nunca lo respaldó. Unzue estaba obsesionado siempre con ganarse la clasificación por equipos así que los gregarios de Quintana corrían para el equipo y no para él, una gran desventaja ante sus rivales directos que si tenían un equipo que lo arropaban. En el 2018 contrataron a Mikel Landa. El color de piel de Nairo no ayudaba a vender teléfonos ni en Estados Unidos ni en Europa. El mercado colombiano no alcanzaba. Así que buscaron europeizar, blanquear el equipo y cometieron la infamia de correr con tres líderes el Tour del 2018. Cuando Nairo le ganó la etapa a Dan Martín el equipo no celebró. En ese momento el colombiano estaba quinto de la general y se veía en buena forma, pero una mano misteriosa lo empujó al piso en una etapa plana y Nairo perdió todo lo que había ganado.
Todas esas infidencias las cuenta el británico Matt Rendell quien deslumbró el mundo editorial con su Reyes de las montañas, el libro que narraba la irrupción del ciclismo colombiano en Europa en la década de los ochenta. Regresa para narrarnos las gestas de la nueva camada de escarabajos encabezados por Nairo y Egan. Un imperdible que acaba de publicar Planeta.