Creímos que Quintana se convertiría en el primer suramericano en ganar el tour. A primera vista los 54 segundos lucen remontables. El problema es la baja forma que luce el colombiano. El despiste en la bajada de la primera etapa de montaña y el ataque del 13 de julio en plano evidenciaron que Froome, a sus 33 años, está pasando por su mejor momento deportivo. Es un mago que parece conocer todos los trucos. Creímos que el británico estaba haciendo estos movimientos porque le tenía miedo a la subida de Nairo pero en el primer gran reto alpino, el Mont Ventoux, se vio que la fortaleza del actual campeón es incontrastable.
En las primeras rampas del día parecía que Nairo iba a atacar. Lo intentó 2 veces pero el tren del equipo Sky, comandado por Poels y Henao, lucía imbatible. Froome se agazapaba detrás de Nairo luego, cuando lo consideró oportuno, aceleró. Nairo intentó seguirle la rueda pero solo Porte, su antiguo escudero, pudo resistir el embate. Nairo, pálido, sin aire, tuvo que conformarse con seguir al formidable Valverde para perder el menor tiempo posible. La imprudencia de esa moto salvó de que la diferencia fuera aún menor y la decisión de los jueces dejaron que Froome siguera en carrera.
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Con la contrarreloj del 15 de julio, Nairo quedará, si le va bien, a 2 minutos. Froome este año está inspirado y, con suerte, Nairo buscará su tercer podio. Aspirar a la camiseta amarilla luce inalcanzable en 103° Tour de Francia en donde Froome, no cabe duda, es el papá de Nairo.