Para nadie es un secreto que en su estructura integral Colombia se compone de varios elementos y esto hace que la mayoría de personas confundan cosas como gobierno y Estado. El principal ente de poder y su manifestación es el gobierno de turno, el cual, en este país, tiene una marcada tendencia de derecha, pero independientemente de la ideología, postura, tendencia, etc., han manejado iguales sistemas de gobierno y modelo económico.
Este país ha sido gobernado por todo tipo de partidos y tendencias políticas, pero todo sigue igual, nada cambia. O mejor, para corregir esto, sí ha cambiado, pero para mal. Y ahora con el tema de la migración venezolana se ahondan mucho más los problemas de los colombianos, en especial de los más pobres. Sin embargo, como los medios de comunicación le paran más bolas a los senos de Shannon de Lima, al miembro de James, al jet de ochenta mil millones de Maluma, a la formación de la Selección Colombia, los pobres pasan desapercibidos en un país donde predomina la desinformación.
Por otro lado, las zonas alejadas del centro del Estado colombiano no son trascendentales, solo salen en los medios para cosas malas y es en este punto donde el gobierno aprovecha para sus propios beneficios. Un caso puntual es el del sur del país, más específicamente Putumayo, Nariño y Cauca, lugares que parecen ser de otro Estado.
Falsamente se puede afirmar que son regiones pobres en estricto sentido, ya que el narcotráfico genera incalculables riquezas y aquellos pobrecitos campesinitos o indígenas cocaleros que salen a llorar cuando los entrevistan acumulan incalculables riquezas, por este motivo es que son tan reacios a cambiar de actividades económicas, pero no solo el narcotráfico predomina, también la minería ilegal y el tráfico de personas en sus diferentes modalidades, incluso para uso de extracción de órganos, que es verdad, aunque suene a película de Hollywood.
Pero la pregunta del millón es: ¿por qué motivos estas actividades criminales en vez de disminuir van en crecimiento? Esto se debe a la aquiescencia del gobierno, ya que si lo miramos bien todo este dinero que se mueve en grandes cantidades y en efectivo debe invertirse en algo, ya que el tiempo de las guacas y caletas parece haberse extinguido. Lo que hoy hacen muchos bandidos, como los narcotraficantes, es hacerse de propiedades y bienes muebles e inmuebles en las ciudades más cercanas a donde mandan.
Estos pobres títeres arriesgan su vida, libertad y seguridad por trabajarle al gobierno, ya que este cuando ve que el sujeto bandido tiene reunido un conjunto significativo de bienes se los quita. Esa práctica se lleva haciendo desde hace mucho tiempo. No saben cuántos cientos de billones terminan en manos de inescrupulosos y corruptos políticos, ya que si estos dineros y recursos se invirtieran para suplir tantas necesidades de los pobres, no existirían las crisis de salud, vivienda, educación, servicios públicos y otras que actualmente atraviesa Colombia.
Tantos escándalos como el de estupefacientes donde estuvieron involucrados congresistas de departamentos como Nariño pasaron sin más ni más, por eso pienso que la mayor mafia que existe es la proveniente del mismo gobierno y sus esbirros en el Congreso y la administración de justicia. Finalmente, entre bandidos se entienden. Aunque no se sabe quién es el peor: el bandido escondido o el del gobierno, por eso nadie sabe para quién trabaja. Y por este motivo la violencia y la delincuencia sí favorecen a estos gobiernos mafiosos y corruptos, y nunca se acabará.