Varios balazos en la puerta principal de su residencia dejaron la marca del atentado que sufrió Orangel Gálvis en el municipio de Hacarí, en Norte de Santander. Orangel es un destacado líder campesino de la región, con una larga trayectoria en la defensa del territorio junto a la Asociación Campesina del Catatumbo.
Acabar con su vida debía ser el desenlace de una serie de amenazas que ya había denunciado incluso en el mismo Congreso. En audiencia pública ante la Cámara de Representantes reveló que había sido declarado objetivo militar por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, un grupo paramilitar derivado de la organización mafiosa “Los Urabeños”. El 7 de abril de 2016 un tal comandante “Víctor” lo llamó a su teléfono personal para darle detalles de la vigilancia que le tenían montada. El joven líder debió buscar protección para él, su esposa y sus hijos.
Como aquélla vez, Galvis pudo escapar ileso a los disparos que le hicieron a su casa varios sujetos armados. Salió corriendo y se perdió en la montaña donde sus vecinos lo protegieron hasta la mañana siguiente, cuando una caravana integrada por funcionarios de Naciones Unidas, la Defensoría del Pueblo y la organización Guardia Campesina llegaron a sacarlo de la zona para, una vez más, proteger su vida.
Momentos emotivos se vivieron hoy al encuentro de nuestro compañero Orangel Galvis quien ya se encuentra junto a su familia sano y salvo #CatatumboResiste #Catatumbo pic.twitter.com/KuZpfUFPtQ
— AscamcatOficial (@AscamcatOficia) 27 de abril de 2018
Aunque no se conoce el grupo armado autor del atentado, el hecho coincidió con el levantamiento de la tregua de 60 horas dada por el grupo residual de la guerrilla del EPL denominado “los pelusos”, que desde hace un mes y medio azota al Catatumbo con la imposición de un paro armado y enfrentamientos con el ELN. Desde entonces más de seis mil personas han sido desplazadas y los comercios obligados a hacer cierres temporales y el tráfico automotor limitado.
Una semana antes del ataque a su residencia, Orangel había recibido una amenaza más de parte de los paramilitares. De nuevo lo señalan de pertenecer a la guerrilla, pero lo que en realidad ha liderado este joven campesino es la defensa los derechos humanos, el derecho a la tenencia de la tierra y la permanencia en el territorio; todos ellos considerados inconvenientes para los grupos armados que se disputan esa zona que sirve de corredor para el transporte de productos ilícitos y el contrabando.