Lo que acaba de pasar en Medellín, en la Universidad de Antioquia y en Bogotá, en la Universidad Distrital, lleva a entender hasta qué punto la violencia de la extrema izquierda termina haciéndole el favor de nuevo al uribismo.
Dos gobiernos que llegaron con un apoyo popular inmenso y en el caso de la capital paisa, contra todo pronóstico, en la cuna del Centro Democrático, son cuestionados por la intervención del ESMAD autorizada de frente por Daniel Quintero y creo que secretamente por Claudia López, ponen en el foco de la opinión pública el papel de los encapuchados y el uso de explosivos en las protestas.
Pero lo cierto es que la pregunta debería ser, como lo dijo Félix de Bedout, a quién beneficia la estrategia de los violentos en la universidad y si tiene un verdadero papel en los cambios que requiere la educación.
Respecto a la estrategia, solo podemos ver que en 60 años de violencia los cambios han sido mínimos, pero por el contrario han permitido fortalecer el discurso de la ultra derecha y terminan los encapuchados que tiran bombas molotov, cumpliendo el mismo oficio de las FARC y el ELN, que lo único que lograron tangible, fue montar una y otra vez presidentes que pasaron billones de la educación al rubro de defensa con el permiso y los votos millones de colombianos y llenaron los batallones de soldados que deberían estar en la universidades, aplaudidas estas medidas por los sondeos de las encuestadoras y los medios de comunicación tradicional.
Lo del Alcalde Quintero es la prueba fehaciente del más ciego servicio de la violencia universitaria de los encapuchados al discurso de la seguridad democrática.
El alcalde, después de ganar ampliamente en las elecciones, decidió posesionarse junto a la Universidad de Antioquia, nombró en el equipo del empalme a su rector, apoyó abiertamente a un candidato al concejo líder de los movimientos estudiantiles, como mensaje de puertas abiertas posesionó a todos los ediles en sus territorios y está creando el plan de desarrollo con mayor participación en la historia de la ciudad, pero lo más claro es que dentro de los 4 pilares de su gobierno sobresale el de transformar la educación y, a pesar de todo esto y que seguramente las universidades recibirán como nunca el apoyo político, presupuestal y técnico, se termina desviando la atención al cierre de la calle Barranquilla y el colapso de la movilidad.
Si somos conscientes de todo esto, las organizaciones sociales, los liderazgos de base y populares deberíamos asumir la vocería de quienes vemos marcha tras marcha, cómo los medios ocultan los pliegos de peticiones y ponen en primera plana repetidamente a un encapuchado lanzando una bomba incendiaria.
FECODE acaba de hacer dos marchas inmensas, se cerraron escuelas y colegios públicos para incomodar al sistema y generar una reflexión nacional que llevara a leer los pliegos de peticiones, pero al ver los noticieros, solo se veía el enfrentamiento de un minúsculo grupo de estudiantes encapuchados contra el ESMAD y luego entrevistas a líderes de la ultra derecha y pantallazos de sus trinos acusando a FECODE de ideologizar a sus alumnos.
Por eso digo hoy que no hay nada más "facho" que un estudiante encapuchado y armado de papas bomba cumpliendo el papel de borrego que el uribismo ya le tiene con manual de funciones incluido.
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