Se acaba el año y el Instituto de Bienestar Familiar continúa en el ojo del huracán a solo tres meses de que el presidente Petro nombrará en su dirección a Concepción Baracaldo, que sin experiencia llegó a una institución clave y con gran presupuesto gracias a su cercanía a la primera dama Verónica Alcocer y a la familia Petro de quien es vecina en el conjunto Santa Ana en Chía. Después de que el presidente reprendiera a Concepción Baracaldo en público por su mala gestión que se evidenció con la muerte de 20 niños indígenas por desnutrición en La Guajira, empiezan las renuncias.
Juan Carlos Urrutia llegó a la secretaria general del ICBF por recomendación de Concepción Baracaldo pues ambos trabajaron en la alcaldía de Chía y son cercanos. Sin embargo, a solo dos meses de estar en el cargo, Urrutia presentó su carta de renuncia irrevocable. Aunque se desconocen los motivos, la decisión llega en un momento de crítico para la institución. Esta renuncia se suma al nombramiento fallido de Educardo Espinosa en la dirección de Protección que por no tener experiencia tuvo que hacerse a un lado por las críticas que desató.