El ambiente político en el país ha generado una polarización cada vez más notoria y menos atractiva para la opinión pública. Tanto así que una gran parte del espectro político está realizando coaliciones de centroizquierda y centroderecha, con la intención de poner fin a esta grieta. Sin embargo, en los últimos días, las dos orillas políticas más opuestas se pusieron de acuerdo para solicitar al gobierno nacional un arancel para las confecciones importadas.
El Ministerio de Comercio ha publicado un proyecto de decreto de aranceles para la “protección razonable” de textiles y confecciones de hasta el 40%, el cual aplicará para prendas de vestir de menos de 10 dólares. Esto con el objetivo de proteger a las pequeñas o microempresas, pues algunas industrias extranjeras o nacionales pueden importar textiles a precios más bajos que los diseñados en el territorio nacional.
Para este caso específico, con el arancel, una camiseta importada de China que puede tener un precio de venta $30.000 (sabiendo que a los productores locales a ese precio estarían perdiendo), costaría $42.000. Esto para tratar de igualar los precios con los de las industrias nacionales.
De esta manera, el arancel haría que el precio sea más alto y las empresas más chicas puedan competir con el precio indistintamente de la calidad del producto. Por lo tanto, esta nueva ley está orientada a favorecer a un gremio empresarial a costa del consumidor, quien no ve tan positivo este cambio en las reglas de juego, puesto que ahora tendrá que pagar más dinero por el mismo bien; las personas de ingresos más bajos, sobre todo, serán quienes verán mermado su poder adquisitivo, agravando aún más la crisis económica por la que atraviesa el planeta.
Esta teoría económica plantea que debido la dificultad que tienen algunas empresas locales para competir con otras más grandes o extranjeras, el gobierno debe “echar una mano” y equilibrar un poco la balanza. Es el equivalente a plantear la situación en la cual la Selección Colombia se enfrenta con Argentina en el Metropolitano de Barranquilla y, teniendo en cuenta que ninguno de nuestros jugadores es tan bueno como Messi, el arbitro decide prohibirle al astro argentino que utilice su pierna izquierda para que sea más “justo” con los nuestros.
Bernard Shaw afirmaba que el nacionalismo es la extraña creencia de que un país es mejor que otro por virtud del hecho de que se ha nacido allí. En la historia se pueden evidenciar los graves horrores que han surgido de políticas nacionalistas, desde el modelo de sustitución de importaciones que ha demostrado una y otra vez que el capital no tiene patria hasta las atrocidades llevadas a cabo por el partido Nacional Socialista (NAZI) durante la segunda guerra mundial.