Nacido para vivir es una estridente canción disco éxito internacional en 1979, del cantautor franco Patrick Hernandez, hoy en disfrute de buen retiro en lo relativo a los rimbombantes quehaceres musicales.
El título original es Born to be alive. Puse el apellido Hernandez sin tilde porque en francés no lo lleva. El idioma galo tiene dos tildes, una indicando hacia la derecha ―como la de nuestro chapetoñol―, y otra apuntando a la izquierda.
Esto quizás para empatar y dejar las cosas en el sano equilibrio ideológico. De cualquier forma, ninguna de las dos tiene que ver con el acento ―mayor golpe de voz en una sílaba de una palabra― en francés, cosa que sí sucede con nuestra tilde que, como debes saber, es obligatoria en las palabras esdrújulas, las graves o llanas que finalicen en consonante distinta a N o S, y las agudas que terminan en vocal o en N o S.
Unos emergen a la atmósfera de la Tierra en cunas de oro y ostentosos ambientes de confort. Otros en grado satisfactorio, o sea en ámbitos pasables de clase media. Y tantos más llegan a barriadas y veredas apartadas, con un estatus desfavorecido por la diosa fortuna.
Esto último por obra y desgracia de 203 años de godo-feudalismo, mercachiflismo y neoli-venalismo salvaje.
“Ahí está la diferencia, unos nacen con riqueza y otros nacen con pobreza”, dice la canción El hijo de Madam Inés, de Bonny Cepeda, quien en la actualidad es el viceministro de Cultura en la República Dominicana.
Su nombre real es Fernando Antonio Cruz Paz. Cantante, compositor y arreglista reconocido por merengues en todo nuestro querido continente Aviayala, las Antillas y todas las islas cercanas.
Igual estamos vivitos y coleando.
“En el juego de la vida / juega el grande y juega el chico / juega el blanco y juega el negro / juega el pobre y juega el rico”, expresa de entrada el bolero El juego de la vida, de Daniel Santos.
Simple, natural y lógico: nacemos para vivir y, por regla general, deberíamos vivir en santa paz.
Pero hay individuos individualistas que les cuesta Dios y ayuda aceptar este principio en nuestra Colombia locombiana, en especial a quienes enarbolan el grosero dicho de “a Dios rogando y al erario robando”. Quieren seguir atracando, pero no los están dejando.
Bien, déjame decirte que, de vez en cuando y sea cual sea tu estrato social, se presentan problemas. Tú sabes: debes enfrentar uno que otro estrés, imprevistos por olvidos, falta de plata o iliquidez, accidentes y las respectivas emergencias o convalecencias, mínimas enfermedades en casa, derrotas electorales o en juntas directivas, actos delincuenciales, eventos exequiales de familiares, etc.
Nos acompañan por escaso tiempo algunos angelitos. Otros se despiden en plena juventud, también con gran dolor para los familiares. Los hay que participan en solo medio tiempo de acuerdo a la edad promedio en Colombia ―74 años varones y 80 mujeres―: se van en la madurez. Y tenemos también a los longevos, los veteranos Matusalén que se acercan, llegan o superan las marcas promedio antes mencionadas.
Habitamos los 32 departamentos. Estamos desparramados en 1.104 municipios, 10 distritos y 710 resguardos o territorios avialígenas con sus veredas y barrios, con sus sectores, manzanas, caseríos y haciendas.
Residimos aquí con nuestro altísimo coeficiente Gini, que es directo reflejo del hecho que una minoría tiene enmuñecada la riqueza y otros muchos que tienen gaseosas esperanzas en sus bolsillos.
Para tratar de remediar lo anterior ―así sea en parte―, elegimos un petrobierno, izquierdobierno o pactobierno.
Que al momento enfrenta una oposición derechista esquizofrénica fuera de cabales y empalomada de coraje que tiene, entre ceja y ceja, la loca intención de dar un “golpe blando” con el estribillo que “el régimen dictatorial nos quiere expropiar los bienes”. ¡Qué talito!
Ahora mismo los del cambio, los gobiernistas, los alternativos, vivimos prevenidos ante las amenazas golpistas. También nacimos para resistir. Habrá que prepararse.
¿Cómo? Estando pilas, alerta, mosca. Leyendo. Analizando. Informándonos y no precisamente por los medios de manipulación que sabemos.
Estudiando juicioso el que esté estudiando y laborando con disciplina, el que esté trabajando y hace parte del 91% de la PEA (en este caso es población económicamente activa).
Manteniendo relaciones respetuosas con el mundo ancho y ajeno. Divirtiéndonos de manera sana, sin excesos, guardando algo “por siaca”. Te machaco por enésima oportunidad que eso de “la parranda es pa amanecé” no está de moda ante tales y actuales expectativas.
Golpista ―para quien le caiga el guante―, recuerda a Daniel Doroteo de los Santos Betancourt, El Inquieto Anacobero: “…al morir nada te llevas, vive y deja que otros vivan”. Vives mejor en términos económicos que el 99%. Deja el acelere. Piénsalo dos y sopotocientas veces.
Me dicen unas amigas ―con quienes comento esto en una tienda―, que lo más probable es que no pase nada del otro mundo… ¿Y si algo pasa, doña Tomasa? ¿Si esto explota, señora Carlota?, pregunto. De ser así, ¡que Dios nos ampare, amiga Amparo!