Desde la aparición del sindicalismo en el mundo hace cerca de 200 años, sus principales características han sido la independencia, la solidaridad, la autonomía y el pluralismo, y solo en las dictaduras es que el sindicalismo se convierte en satélite de esos regímenes; luego es anómalo que dirigentes de centrales obreras en Colombia, estén convocando oficialmente a la marcha del 15 de noviembre en apoyo al gobierno de Gustavo Petro, por sus 100 días, cuando en el país no se ha visto desde hace décadas una situación similar, lo cual le ha dado al movimiento sindical respetabilidad, para que desde su independencia pueda luchar por las reivindicaciones obreras sin cortapisas.
En respuesta a ese hecho a todas luces atípico del próximo 15 de noviembre con una parte del sindicalismo, unido a otras situaciones abiertamente contrarias al principio de la independencia y la autonomía, se creó la Convergencia Sindical y Social Independiente, que está conformada por dirigentes de la CUT, CGT, CTC y la Confederación Democrática de Pensionados, que de ninguna manera se puede matricular en algún partido del espectro político que existe en el país, ni mucho ubicar a la Convergencia en algún extremo, sino que se está recogiendo el legado histórico de no ser correa de trasmisión de ningún gobierno, cualquiera que sea su signo ideológico o su programa político.
El gobierno de Petro, únicamente, hasta ahora, ha creado simples expectativas para los trabajadores, por lo que no se le puede girar un cheque en blanco perdiendo la autonomía sindical que es el pilar fundamental en donde debe descansar la unidad de las organizaciones obreras, ya que hay demasiada incertidumbre por las reformas que impulsa el gobierno, las cuales incrementaran la miseria de las masas, lo que se constituirá en una condición necesaria para consolidar el totalitarismo en Colombia, en atención a lo cual al movimiento sindical le corresponde la defensa de la libertad y la democracia, para seguir en su lucha por mejorar la calidad de vida de las colombianas y los colombianos.
No se puede romper con el principio de la no intervención del gobierno en los asuntos internos de los sindicatos, porque ello es contraproducente para la opinión autónoma y objetiva de los trabajadores y sectores sociales frente al ejecutivo, de ahí que es de vital importancia el surgimiento de la Convergencia Sindical y Social Independiente, compuesta por dirigentes de las tres principales centrales obreras del país, en conjunto con importantes federaciones y organizaciones sindicales y de pensionados; resaltando que no se pretende usurpar la institucionalidad de las centrales, sino que por el contrario el debate fecundo de las ideas en el seno de los trabajadores y sus propuestas, influyen de manera conveniente para asumir posiciones correctas ante el gobierno.
Por su pluralismo el movimiento de los trabajadores no puede ser ni oposición ni gobiernero, de modo que es insolente, cualquier señalamiento divisionista para los miembros de la Convergencia Sindical y Social Independiente, únicamente por el hecho de defender que el sindicalismo y los sectores sociales deben actuar con sentido crítico, autónomo e independiente, sin desistir dialécticamente de la lucha ideológica con altura, al dialogo social y a la concertación, y sin renunciar a la movilización cuando sea necesario, para defender los derechos de los trabajadores, pensionados y los intereses del pueblo, asunto de vital importancia para la unidad nacional.
Un sindicalismo independiente del gobierno y de las ambiciones burocráticas por cargos en el Estado de parte de algunos dirigentes sindicales, no se puede prestar para movilizaciones como la del 15 de noviembre, pues solo se le están ofreciendo espejismos a la ciudadanía que indefectiblemente conducirán a mediano plazo a nuevas frustraciones; puesto que curiosamente se llegó a decir sin ningún empacho ante el triunfo electoral de Gustavo Petro, que el sindicalismo estaba sobrando y que la única tarea que tenía era la de plegársele al nuevo gobierno, sin condiciones, lo que constituye una afrenta al heroísmo del movimiento sindical en su historia universal.
Con la Convergencia Sindical y Social Independiente, se refuerza la justeza de la lucha popular, basada en la solidaridad, buscando el bienestar de los trabajadores y del pueblo en general, sin permitir el manoseo del poder político, de modo que: ¡Solo el pueblo, salva al pueblo!.