El dolor más grande de su vida lo vivió hace cinco meses. El 10 de noviembre del 2018 Eugenia Gómez acompañó a su esposo, el joven arquitecto Alejandro Pizano, a visitar la finca en Subachoque donde había muerto Jorge Enrique Pizano su papá dos días atrás. Ella vio cómo su esposo se sentó en la silla del estudio, se puso la chaqueta del viejo y luego tomó de un jugo natural que estaba sobre la mesa. Pasaron segundos cuando Alejandro empezó a sentir los rigores del veneno. Minutos después moría mientras lo trasladaban a una clínica.
La sicóloga manizalita, casada desde el 2016 con Alejandro, tenía cinco meses de embarazo. Después de despedir a su marido regresó a Barcelona, donde vivía con Alejandro después de que él hubiera renunciado a su trabajo en el programa de ciudades emblemáticas de Findeter, allí le dio consuelo por las dos cosas que lo angustiaron al final de su vida: La enfermedad de su papá y la investigación que le abrió la Fiscalía por actuaciones suyas en el contrato Tujuelo-Canoas cuando fue gerente del Acueducto de Bogotá Allí tuvo a su hijo en la noche del 20 de abril.
Ahora espera continuar con su vida, ya tiene una razón de peso para seguir