Una alegría a medias… así es que generalmente se define una situación en la que alguien recibe una buena noticia pero a la final le falta una dosis extra para que sea una verdadera excelente noticia.
En primer lugar, las universidades públicas por naturaleza no cobran matrículas cuando de estudiantes de bajos ingresos se trata, y si es el caso de que cobren algo, los costos son históricamente bajos con relación a las universidades privadas.
Supongamos que sí es una buena noticia las matrículas gratis en las universidades públicas, pero ¿para qué?
Todo el mundo sabe que intentar pasar a una universidad pública es toda una odisea, primero por los altos costos para adquirir el famoso pin, luego sufrir casi un colapso nervioso cuando sabes que debes enfrentarte a miles de estudiantes que también desean pasar a la misma universidad, y dependiendo de la carrera, enfrentarte a cientos de estudiantes ya que el porcentaje de los que pasan generalmente es del 10% del total de los que se presentan.
Y entonces, ¿qué sentido tiene la matrícula gratis si las dificultades para pasar a una universidad pública siguen siendo las mismas?
La gracia de una educación superior pública, gratuita y universal es que toda persona que desee estudiar una carrera simplemente se matricula y al otro día empezar a estudiar y listo. La idea es que haya cupos para todos.
Desde aquí con todo respeto hago un llamado a nuestro presidente Petro y al honorable congreso de la república para que tomen la iniciativa y de una vez hagan realidad una educación superior, gratuita y universal, eso sí que transformaría la sociedad colombiana en 180 grados.