Música, cosa de locos: historia de una pianista

Música, cosa de locos: historia de una pianista

Lina Marín es una joven promesa que se prepara para deslumbrar con su talento

Por: Carlos Andrés Roa Aranzales
abril 02, 2018
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Música, cosa de locos: historia de una pianista

Sentada sobre un mueble rojo, frente a una mesa llena de revistas de farándula, al lado de un estante con libros de derecho, junto a una organeta con teclas de colores, Lina María Marín Díaz abre sus labios rojos y dice: “La música es hermosa y te llena de vida, te hace muy feliz y te saca de momentos de tristeza que ni una persona, por mucho que la quieras, podría”.

Lina es una joven de 17 años de edad, que actualmente estudia dos carreras: Maestro – Músico con énfasis en piano en la Facultad de Artes en el Conservatorio del Tolima y Derecho en la Universidad Cooperativa de Colombia en Ibagué. Cursa el tercer semestre de ambas carreras y culminó sus estudios de bachillerato en el Conservatorio de Ibagué como técnico musical en el año 2013.

“Para mí, la música va más allá de un simple ruido, melodía o sonido, es complemento del ser humano, da razones para vivir, pero de igual forma es ingrata, ya que es muy difícil entenderla aunque la gente la crea sencilla, es de mucha competencia y existen algunos músicos como en cualquier profesión, los cuales son envidiosos y siempre están a la espera de la caída de otros para surgir ellos, en pocas palabras, no brillan con luz propia”, así lo resaltó, ya que a lo largo de su carrera profesional y artística se ha topado con una que otra persona que ha intentado detener sus sueños.

Con una gran sonrisa, muy característica de ella, relata una anécdota de su infancia: “Recuerdo que cuando estaba en el colegio y en la escuela de música, había una niña de mi misma edad con la cual tenían nivel musical similar pero a mí siempre se me facilitaba más aprender las notas y acordes. Ella consideraba que eso no estaba bien y siempre se metía en mis clases, le decía al maestro Juan pablo Luna que yo no servía para nada”.  Entre risas termina de contarnos su historia y añade: “Desde pequeña, he sabido para dónde voy y quién soy, así que no le presto atención a la envidia de algunos”.

A lo largo de su vida ha contado con la colaboración de distintos maestros, entre estos está: Gerson Céspedes; Carlos Manuel Fernández, actual director artístico del Conservatorio de Ibagué; Carlos Ceballos; Juan Pablo Luna, quien llegó de Estados Unidos de hacer su maestría en pedagogía de piano y actualmente Juan Carlos López.

De pequeña sufrió rinitis crónica. A los 15 años sufrió de tendinitis en las manos, quizás por estudiar con una mala técnica o simplemente por herencia. El doctor le dijo que no podría volver a tocar de nuevo, para ella fue algo preocupante, por lo tanto, entró en terapias físicas y fue sometida a radiografías y exámenes constantes hasta que finalmente, la solución a su problema fue la medicina alternativa. En Naturizza le realizaron 53 filtraciones en la espalda.

— Lina, ¿cómo inició su carrera musical?

— Cuando tenía cinco años, mis padres se trasladaron de Bogotá a Ibagué porque mi mamá trabajaba en regional Cundinamarca con la Defensoría del Pueblo. Aquí no tenían quién me cuidara, así que me llevaban a todas partes, incluyendo cuando iban a recoger a mi hermano, quien estudiaba música y tocaba el clarinete en el Conservatorio, porque mis papás pensaban que la música desarrollaba el cerebro de los niños. Me gustaba explorar, entrar a los salones y tocar las teclas del piano por ser blanco y negro, así que mi mamá decidió que la consentida de la casa tomaría clases de piano al siguiente año (risas).

La 'negra' Marín, como la llaman algunos amigos, sufrió en su niñez porque se sentía obligada a estudiar. Mantenía ocupada, mientras sus amigas jugaban y descansaban los fines de semana. Ella estaba en sus clases de ballet, preparando un recital o haciendo tareas escolares. Aun así, el piano es su vida, sin él, ella no sería Lina.

— Pero… ¿cómo una pianista decide estudiar derecho?

— Larga historia “Charlie”… cuando terminé mi grado once no sabía qué estudiar distinto a música. Mis padres me dijeron que me apoyaban con la condición de que tenía que ejercer una carrera alterna. Estaba indecisa entre medicina, ingeniería civil, ingeniería biomédica y por último derecho. No era mi mejor opción, ya que mi hermano estudia derecho y mis padres son abogados, pero era la única carrera que se acoplaba a mi horario.

Esta profesión le ha creado pensamientos críticos frente al papel de la mujer colombiana en la sociedad y que pese a que se han realizado proyectos dirigidos hacia la igualdad de género, la mujer en cuanto a lo laboral le exigen lo mismo que al hombre pero es menos remunerado.

Lina María Marín en su tiempo libre lee sobre historia, guerras, países y sus ideologías, también le gustan las historias góticas como El gato negro o The Black Cat, relato clásico de terror del escritor norteamericano Edgar Allan Poe. Además, toca piano, ve películas y comparte tiempo con sus amigos.

Su ídolo compositor es el maestro Mauricio Arias Esguerra, por su rica armonía y dificultad al tocar, logra tocar casi 32 notas a la vez. Escribió Rapsodia Camaleónica en 2012 y ese mismo año fue invitado a presentar la misma en el Carnegie Hall de Nueva York. En 2013, Mauricio se presentó como el primer artista colombiano invitado al Festival Internacional de Piano de Bogotá.

Ahora bien, Lina en cinco años se visiona como una abogada en aras de hacer una especialización en relaciones internacionales y de hacer una maestría en pedagogía de piano en otro país. Ha viajado a España y quiere realizar sus posgrados en Austria, en Francia o Estados Unidos, donde también haría recitales de piano.

Un recital es un concierto de un solo artista, cantante o instrumentista, que ejecuta varias obras musicales. La preparación para un recital de piano es de meses,  ya que se requiere de una lectura previa de la obra, una, dos manos, las partes, el ritmo, acordes y tener claras las alteraciones sin dejar a un lado el tiempo ni perdiendo el carácter de la obra. Después de esto, memorizar e interpretar.

Su último recital fue en mayo para el festival internacional de piano en Ibagué, para este se ha ido preparando desde finales del año pasado, todos los días toca aproximadamente 4 horas.

Su mejor amiga, Daniela Laserna, la considera muy trabajadora y exigente con sí misma, simpática, pues Lina es una joven de cabellos negros, ojos rasgados, cuerpo delgado y moreno.

Desde hace 13 años son amigas, sus mamás trabajaron juntas en la Defensoría del Pueblo. Recuerda unas muñecas gigantes que habían en la alcoba de Lina que la aterrorizaron cuando la conoció, sin embargo poco a poco se dieron cuenta de que se la pasaban de arriba para abajo juntas, no se separaban. Siempre han sido vecinas, comparten todo, gustos por salir a la calle, cine y películas en casa.

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