En medio de todas las noticias que diariamente salen en los medios de comunicación del mundo sobre las frases y los actos de quien en pocas semanas será el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hay una que requiere especial análisis. Se ha afirmado con mucho énfasis especialmente en el New York Times, que el gabinete del señor Trump ya elegido por él y algunos solo a la espera de su ratificación por el Congreso, si no son millonarios son billonarios, en dólares, debe anotarse. Es decir, si los congresistas estadounidenses no se oponen a esos nombramientos, el mundo, óigase bien, no solo Estados Unidos, se enfrentará a la realidad de ser manejado por multimillonarios.
La verdad es que las 'elite acaudaladas' en todas partes siempre están muy cerca del poder, cuando no se adueñan literalmente de él, porque la oposición es una especie de suicidio para sus intereses. En algunos países, los más civilizados esa realidad se maneja con mucha discreción y esta disminuye en la medida que la sociedad es más folclórica y como contradicción, más pobre. No es sino ver lo que está pasando en Zimbabue, donde la esposa del actual presidente que tienen más de noventa años, se prepara con todos los lujos inimaginables para reemplazarlo en medio de un gran derroche de dinero, no siempre transparente, afirman los medios internacionales. Y este país africano no tiene los mejores indicadores de bienestar de su población.
Pero lo que puede suceder con el gobierno de Donald Trump sería el gran destape del dinero con todo el poder político posible y de frente sin ninguna timidez. Ahora bien, para empezar a pensar en las consecuencias, lo que pasa en el gran país del Norte afecta al mundo, de manera tal que estas decisiones del próximo gobierno nos van a tocar a todos. Y mucho más si ya se ve con claridad que de lo que se trata es de un reversazo en las estrategias desarrolladas mundialmente en las tres últimas décadas.
Para quienes hemos criticado la forma como se ha hecho esta globalización no se trata tampoco de una buena noticia entre otras, porque precisamente van a ser los intereses de los multimillonarios del país más poderoso de mundo, los que van a primar. Si a esto se agrega que obviamente se trata en su gran mayoría de exitosísimos hombres de negocios, con muy pocas mujeres, muchos de ellos sin experiencia en el manejo del Estado, lo menos grave que puede preverse es que muchos mitos pueden derrumbarse o ratificarse.
¿Se imaginan al presidente Trump dando órdenes
como dueño de sus empresas
a otros que también han sido o siguen siendo dueños de las suyas?
El más importante se refiere a la preocupación que a muchas asiste sobre la eficiencia de los empresarios en contraposición a la ineficiencia demostrada por el Estado. ¿Se imaginan al presidente Trump dando órdenes como dueño de sus empresas a otros que también han sido o siguen siendo dueños de las suyas? ¿Se imaginan los consejos de ministros cuando se pisen intereses de sus millonarios secretarios de Estado? Ahora si ya tienen en crisis la oficina que debe revisar sus incompatibilidades, ¿cómo será esto cuando los intereses se entrecrucen como en el famoso "bowl de espaguetis" con que el economista Jadish Baguatti describe los enredos que generan en un país los múltiples Tratados de Libre Comercio?
Por fin se cumplirá el sueño de los dueños del mundo: manejar las grandes decisiones políticas. ¿Será esta la nueva fase de la globalización u otra del proteccionismo? Nadie tiene muy clara la respuesta. Pero lo grave es que esta nueva forma de controlar el poder, puede ser la mayor pesadilla de la historia moderna. Solo queda la esperanza de muchos, de que la institucionalidad gringa sea lo sensata que muchos esperan para que se le pongan límites a este gobierno de multimillonarios. De no ser así que Dios nos coja confesados. A los estadounidenses y al resto del mundo.
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