La decisión de la IPS Universitaria -- Institución Prestadora de Servicios de Salud de la Universidad de Antioquia-- de suspender unilateralmente el contrato de atención especializada en Ginecología y Obstetricia con la Asociación Gremial de Gineco-Obstetras del Atlántico, AGREGO, en diciembre del año pasado perjudica en primera instancia a las mujeres barranquilleras más humildes que son las principales usuarias de la red pública distrital.
Desde hace más de 15 días hay restricción en la atención de los ginecólogos en PASOS y CAMINOS sin que la IPS Universitaria resuelva efectivamente la situación y sin que la Secretaría de Salud Distrital tome cartas en el asunto a pesar que debería estar vacunada contra la indiferencia.
Independientemente de que 20, 30 ó 40 ginecólogos se hayan quedado sin trabajo, el principal problema es la salud de las barranquilleras humildes. Aquí se afecta a la comunidad más vulnerable y se pone en riesgo la seguridad de las pacientes. No hay atención oportuna ni atención de calidad por sustracción de materia, es decir, no cuentan con suficientes profesionales y los que tienen no acreditan experiencia suficiente. Esto equivale a enfrentar un incendio con baldes porque no hay bomberos.
Que la comunidad sepa que no hay paro de ginecólogos. La realidad es que la IPS Universitaria, en un arranque pasional, suspendió unilateralmente el contrato con AGREGO sin tener un plan de contingencia. Le impidieron la entrada a los profesionales de AGREGO, la mayoría profesores universitarios, y pretenden satisfacer la demanda con un grupo de residentes (alumnos de los que ya no están) que acaban de cumplir los requisitos académicos pero no han recibido grado. Estos especialistas sin reconocimiento académico deben remitir los pacientes que no pueden operar, porque los anestesiólogos no les dan anestesia por no ser especialistas con título.
Todos los días se ven en los Caminos del Bosque y Simón Bolívar los dramas de las pacientes que no encuentran la atención que deberían recibir y la protección que el Estado (a través de los entes municipales) les debe garantizar como población vulnerable. Existen de esto suficientes pruebas documentales.
Es necesario que el Alcalde Alejandro Char tome cartas en el asunto para que no haya tragedias que lamentar, ya que ni la Secretaría de Salud distrital ni la IPS Universidad de Antioquia son dolientes de las barranquilleras.