La orden de bombardeo que dieron el presidente Uribe y su ministro Santos al campamento del comandante guerrillero Raúl Reyes en territorio ecuatoriano, en la frontera sur de Colombia, generó una crisis diplomática. Chávez reaccionó belicosamente, pero además ordenó el cierre de la embajada de Venezuela en Bogotá. El país agredido, Ecuador, con el presidente Correa, reaccionó de similar manera en el campo diplomático, inmediatamente después del bombardeo retiró su delegación diplomática de Bogotá.
Unos días después, por intermedio del presidente Leonel Fernández, de República Dominicana, después de una agria discusión entre Correa y Uribe, se empezó a despejar el camino para un acuerdo entre Venezuela y Colombia. El 10 de marzo de 2008 se reabrieron las relaciones diplomáticas.