Sucedió en un lugar del bello golfo de Morrosquillo. Se llama Sabanetica, en la vereda La Libertad del municipio de San Onofre, un puerto de pescadores artesanales bañado por el caribe, de bellas y extensas playas, de sol y exuberantes palmeras y manglares. Allí se vive del olvido, después de tanta violencia por la que pasaron las comunidades en este rincón de los Montes de María.
En este paraíso habitado por personas con almas humildes, vivía Lus Godoy un joven sencillo y de tradición campesina que acababa de cumplir 25 años, y a quienes sus amigos y conocidos, por su condición sexual, lo llamábamos con afecto Flores.
Era una persona que por su carisma y sencillez, pero sobre todo por su tremenda solidaridad con los más necesitados era querida y respetada por todo el pueblo. Le gustaba promover momentos de alegría para toda la comunidad, en particular, para los niños y los ancianos y para las víctimas de la terrible violencia que estremeció hace unos pocos años este territorio. Enseñaba a las niñas a bailar y sacaba una sonrisa a todo el que pasaba por su lado, con su frase ve contento, porque tú “LA TIENES TODA”!!!.
Le gustaba participar en procesos comunitarios que sirvieran para beneficio de su comunidad, su colaboración y solidaridad con su comunidad era ilimitada, y buscaba día a día, mejores oportunidades para salir adelante. Todo lo que tenía, lo compartía. Su generosidad nunca tuvo límites.
En la noche del 23 de julio de 2014 se encontraba compartiendo con unos ingenieros con los cuales estaba trabajando en la construcción de casas de interés social, cuando aparecieron dos hombres caminando, que le dispararon causándole la muerte de manera instantánea. Los criminales huyeron con rumbo desconocido, y el pueblo se quedó sin Flores. Hoy lo lloramos, nos sentimos humillados nuevamente por la muerte criminal, por la indefensión y la soledad. Sus amigos y todo el pueblo, pedimos justicia. ¿Será que nunca va a ser posible habitar nuestros territorios que son verdaderos paraísos, con algo de paz y de justicia?
