Mucho ruido y pocos cocos
Opinión

Mucho ruido y pocos cocos

Mucha prensa, mucho folleto reimpreso, mucha expectativa y poco eco comercial en el pasado Artbo fin de semana. Y una exposición de Francisco Toledo inexplicablemente pobre

Por:
junio 02, 2018
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Quedamos a la deriva con la  expectativa del pasado Artbo fin de semana. Mucha prensa, los folletos que informan sobre los distintos circuitos del arte en la capital que solo fueron un proceso de reimpresión sobre la ubicación de las galerías. Eso sí, la carátula fue tan modernamente pensada que resultaba ilegible en un principio.

Muy pocas galerías prepararon algo especial, tanto que algunas cerraron exposiciones en la semana siguiente. Para las galerías fue solo un proyecto más dentro de su programa anual de exposiciones. Eso sí, muchas de ellas estuvieron abiertas mientras el recorrido de los buses acabara a las ocho de la noche. Y comercialmente no creo que haya tenido mucho eco.

El mismo acuerdo de octubre, se alquilan los microbuses que fue bueno y eficaz. Cada 15 minutos llegaba un bus para cada ruta – Macarena, Centro y San Felipe y dentro del circuito había buses que hacían el recorrido por dentro, de lugar en lugar. Muchachos en cada parada y con información indicaban posibilidades. Estas facilidades gratis sí movilizaron público interesado y el curioso. También hubo seis foros.

 

 - Mucho ruido y pocos cocos Francisco Toledo, Las fábulas de Esopo

La exposición de Francisco Toledo en el Museo de Artes Visuales fue inexplicablemente pobre para representar unos de los grandes creadores del siglo XX de México. Las fábulas de Esopo, una serie simple y poco representativa de lo que es este creador multifacético. Es pintor, escultor, ceramista que busca desentrañar e interpretar de manera expresiva y fantástica las raíces de lo autóctono popular y de las raíces prehispánicas.

Francisco Toledo nació el 17 de Julio de 1940 en Oaxaca. Desde pequeño, sus padres le dieron rienda suelta a su imaginación. Estudió en el Instituto de Artes Plásticas en Ciudad de México y en los años sesenta se ganó una beca para ir a estudiar en Paris. Europa reconoció pronto su talento, tanto que obtuvo realizar una exposición en la Tate Gallery en Londres.

Regresó a Oaxaca para desentrañar sus misterios con materiales orgánicos. Por ejemplo, al igual que Botero utiliza en sus trabajos papel Amate que es realizado manualmente y es hecho de la corteza del árbol con su mismo nombre. Con estos materiales el creador mexicano logra una descripción muy inexacta de sus personajes híbridos hombre-animal de una zoología fantástica.

A pesar de su muy extraño comportamiento asocial ha sido un gran promotor: creó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, lidera la organización Pro-Oax que se especializa en el tratamiento de las aguas negras, realiza exposiciones y libros para invidentes y entre otras distribuye libros en las cárceles de la ciudad.

La exposición de Bogotá trata de “Esopo que es un tumulto de hombres. Es como Heráclito, un rumor. La consumación de historias y lugares remotos en algunas líneas notables e imperecederas.

Como cualquier hombre de la antigüedad, como cualquier hombre, quedan fragmentos desperdigados en nuestra conciencia, tal como un conjunto de basamentos incrustados en la tierra de un suelo común, un suelo común que podemos llamar sabiduría popular.

 

 

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