"Yo no maté, pero sí predispuse para que los hechos se cometieran" aseguró el coronel (r) Gabriel de Jesús Rincón, quien estuvo más de 20 años en el Ejército y fue condenando a 46 años de prisión por el asesianto de cinco jóvenes de 20 a 25 años que vivían en Soacha y fueron reportados como bajas en combate.
"Apoyé algunas unidades en darles algunos medios (...) Hablo de suministrarles armamento (...) para hacerlos pasar como muertos en combate", asegura Rincón.
El coronel retirado decidió someterse a la JEP para contar todo lo que sabe de esta macabra práctica que se generalizó en el Ejército en la década de los 2000. Aunque las cifras varían, incluso se habla de hasta 10.000 falsos positivos en todo el país.
Además, AFP también reseñó que Carmenza Gómez, madre de Víctor Gómez, asesiando en Ocaña, fue emborrachado antes de ser asesiando. Víctor apareció con un tiro de gracia en la frente.
El coronel (r) Rincón fue quien señaló directamente al general Mario Montoya sobre las órdenes que habría dado para tener mejores resultados operacionales. Según Rincón, el general Montoya pedía "litros de sangre", aunque acalra que nunca recibió una orden directa de él de asesinar a alguien.