Barranquilla, ciudad septentrional de Colombia que goza de popularidad por su famoso carnaval y por ser la casa de la selección colombiana de fútbol, se ha convertido en uno de los grandes focos de contagio del COVID-19.
Para enfrentar la situación, el alcalde de Barranquilla (Jaime Pumarejo), a través de diferentes decretos y resoluciones, ha establecido distintas medidas para ayudar a prevenir la propagación del coronavirus en la ciudad.
De hecho, el pasado 16 de marzo sacó a la luz el Decreto 0373, que básicamente suspendió de manera temporal las actividades comerciales en los establecimientos como restaurantes (podrán trabajar comida para llevar y domicilios), cafeterías, discotecas, bares, tabernas, clubes nocturnos, salas de cine, casinos, licoreras, clubes sociales, salones de juegos, centros recreativos, museos, estaderos, cantinas y similares. Así mismo, ordena, el cierre de universidades, además de las instituciones técnicas o tecnológicas en todo el distrito de Barranquilla.
Sin embargo, hasta la fecha de hoy dichos decretos no han sido eficaces a la hora de contrarrestar la propagación del virus. Barranquilla se ha convertido en uno de los epicentros del virus. Lo anterior sumado a la falta de cultura ciudadana que muestra la ciudadanía y la indisciplina social han sido clave para que el virus se siga expandiendo.
En el país ya se han impuesto más de 341.000 comparendos por violar la medida anunciada para frenar la cifra de contagios. No obstante, los comparendos no han sido eficaces, pues en varias zonas del país las autoridades señalan que las personas no los están pagando. Por su parte, la ciudadanía asegura que no hay dónde pagar por la misma medida de la cuarentena, que ha obligado a varias dependencias a estar cerradas. Por ejemplo, en Barranquilla, donde se han impuesto más de 24.000 comparendos, hasta el momento que escribí esta nota ninguno había sido cancelado.
Por otra parte, el secretario de Salud Distrital (Humberto Mendoza) dijo el pasado 12 de junio que actualmente la capital del Atlántico cuenta con un 80% de ocupación en las UCI y agregó: "Si no nos cuidamos, en menos de dos semanas no habrá camas de UCI en el Atlántico". Insisto, la indisciplina social y la falta de medidas contundentes por parte de la alcaldía hacen que Barranquilla esté entre la vida y la muerte.
Como lo expresó el profesor Diógenes Rosero en su más reciente columna: "Es el momento de jalar todos para el mismo lado, pero eso depende principalmente del alcalde y la gobernadora. Concitar a la ciudadanía requiere generar confianza, tener una hoja de ruta clara y consistente, e información transparente. Quedan dos meses para frenar a la muerte en Barranquilla, no podemos bajar la guardia y dejarle la responsabilidad a la gente. Es la acción coordinada y eficaz del gobierno como ganaremos esta batalla, de eso se trata el liderazgo de una ciudad".