Por lo general los grandes equipos del ciclismo tienen un capo. Así cimentaron sus carreras figuras como Hinault, Froome y toda la constelación de estrellas del pelotón intermacional. El Movistar es de los pocos equipos que no creen en eso y siempre se equivocan jugando, sobre todo, a apostarle a tres bazas. En la época de Nairo tuvo que compartir liderazgo con Alejandro Valverde y con Mikel Landa, un golpetazo sicológico del que nunca pudo levantarse.
A Miguel Angel también le tocó esa tortura, la de no sentirse cómodo poniéndose de acuerdo sobre quien podría ser el lider del equipo. Así le ha tocado con el español Enric Mas quien en la Vuelta ha fungido como lider de equipo impidiendo el lucimiento absoluto del ciclista de Pesca Boyacá.
A Eusebio Unzúe, lo que más le interesa son las clasificaciones por equipo, no las individuales. Y eso queda plasmado en que Movistar, después de la ida al Arkea de Nairo Quintana, no ha podido ganar una sola Gran Vuelta. En la de España, después de la exhibición de Primoz Roglic en Covadonga, los dos líderes, Mas y López, siguieron una estrategia absolutamente conservadora, intrascendente, nada que ver con la valentía de Egan de atacar a sesenta kilómetros de meta. El único que lo pudo seguir fue Roglic quien remató.
Movistar está feliz teniendo al segundo y al tercero del podio y ganando la clasificación por equipos, unas metas que sólo le importan