¿Cuántos jóvenes sucreños que terminan el bachillerato logran acceder a la educación superior? ¿Cuáles son las opciones reales de un recién graduado de bachillerato en Sucre? ¿Qué hacer? ¿Para dónde coger? ¿Qué camino tomar? ¿Cuántos dejan de presentar un examen de admisión en otra ciudad solo por no tener los pasajes para trasladarse?
Alguna vez se han hecho estas preguntas, que al primer parecer resultan simples de contestar. Pues en las respuestas a esos interrogantes está el verdadero meollo de la situación en la que se encuentran cientos de jóvenes sucreños que no han podido acceder a la educación superior. Saben ustedes cuántos graduados de bachillerato ingresan a una universidad y cuántos logran permanecer hasta el fin de sus carreras. Permítanme darles algunas cifras que les harán ver la magnitud de la desigualdad, el abandono y el atraso en el que se encuentra nuestro departamento:
Según el Ministerio de Educación Nacional de Colombia, en el año 2015, en el departamento de Sucre se graduaron de 11° grado un total de 10.111 bachilleres. ¿Cuántos de ellos lograron ingresar a la educación superior? Solo el 31,8% accedieron a una universidad, es decir, de 10.111 graduados solo 3.217 comenzaron un semestre académico. ¿Qué pasó con los 6.894 bachilleres restantes? ¿Para dónde cogió el 68,2% que no logró acceder a la educación superior?
La gran mayoría de esos 6.894 bachilleres tomaron tres caminos: hoy son mototaxistas (si no que lo digan en Sincelejo, donde según la Corporación Universitaria del Caribe, el 41,2% de los mototaxistas son bachilleres), jornaleros (se ganan cualquier día tirando machete, ordeñando, vaqueando) o están prestando el servicio militar en la policía, el ejército, la armada, la marina o la fuerza aérea, porque no les quedó de otra, no es por orgullo patrio sino por descarte. ¿Cuántos que se graduaron en nuestras promociones se encuentran en estos tres caminos? ¿Cuántos no fueron por ayuda a las alcaldías y secretarías de educación y nunca los atendieron? El alcalde no estaba, la secretaria estaba en una reunión, ven más tarde a ver si están, porque esas son las excusas para la educación en Sucre.
Vaya, qué paradoja. Mientras el lema del gobierno departamental es “Sucre progresa en paz”, pregunto cómo progresar en un departamento en el que estudiar es el sueño de muchos pero el privilegio de unos pocos. No será esa la razón por la que hoy el departamento sigue en el atraso, el rezago y con uno de los índices de pobreza más altos de la región. ¿Hasta cuándo continuará esta situación? ¿Habrá algo por hacer o todo está perdido?
Si en Sucre siguen creyendo que la clase política va a cambiar la situación, entonces sí se puede decir que hay mucho más por perder. ¿Cuál clase política va a cambiar esto? ¿La que ha estado ligada al paramilitarismo, la que se ha robado el departamento, la que compra votos, la clientelista? ¿Quiénes van a cambiar? ¿Serán los Guerra, los Fernández, los Merlano, los Tulena, los Quessep o los Vergara, los Alcocer, los Espinosa? Si en esas familias están depositadas las esperanzas del departamento, temo que el progreso no estará cerca. No ha llegado en 50 años de vida administrativa, mucho menos ahora que se avecinan elecciones y volverán a prometer lo que no han cumplido en décadas.