Me encantan tanto las motos y tal punto que desde hace 3 años me volví instructor de manejo y recientemente Auditor Vial, dicto clases de manejo, pertenezco a grupos de apoyo vial en WhatsApp y tengo el terrible defecto de opinar y muchas veces contradecir con argumentos y basado en la ley los comentarios de otros, en varios grupos de Facebook y saco tiempo para escribir artículos en este medio virtual.
Cuando decido opinar, busco mantener mi veracidad, criterio, autorreflexión y el suficiente carácter para pedir disculpas o recibir improperios sin tomarlo personal.
Hace unos días al debatir, vía Facebook, una posición muy sesgada sobre la interpretación de la ley por parte de otro usuario de la vía, este se devolvió con los argumentos que la mayoría no acepta recibir, pero le encanta mencionar. Donde el insulto, menosprecio y la ridiculización se volvió hoy en día la mejor forma de contradecir al otro, dejando de lado la verdad, el debate y ante todo el respeto por los que no comparten la forma de pensar.
Me causo bastante interés la situación virtual por 3 cosas:
- Menciono reconocerme y resaltar la familia motera a la cual pertenezco, mi reciente preparación vial y que en su forma de ver, el prepararme legalmente para sortear dichas situaciones, había permitido que me lavaran el cerebro y fuera un borrego de la ley.
- Le aclare que mi deseo de mantenerme informado y saber como exigir mis derechos y cumplir mis deberes me motivo a capacitarme y por ende el saber un poco mas me enseño que insultar un agente de transito no me hace mas hombre o mejor que ellos que abusan de sus atribuciones concedidas por la ley.
- Al revisar si había recibido otra nefasta contestación a mi explicación, descubrí que el envalentonado e indignado usuario de la vía tomo el camino de los ignorantes sin argumentos #Borro sus comentarios y por ende mis respuestas.
Esta situación es el diario vivir de esta red social, donde terminas blanco de insultos y hasta amenazas por pensar diferente pero tomando como base lo escrito y la interpretación que hago de la ley puedo sentirme tranquilo que mis consejos ayudan y mitigan en algo el odio y la falta de cultura que nos falta. Por que es más fácil aplaudir al corrupto que respetar al honesto.
Y si estar preparado y respetuoso de la ley me hace un borrego de la misma, pues listo.