Paulatinamente y, sin ningún control, fueron apareciendo en las calles de la ciudad y del país, por distintas razones, el vehículo de dos ruedas de mayor crecimiento en ventas.
Hoy los venden casi que con la sola presentación de la cédula. Y lo peor, muchos los moteros andan sin SOAT.
Si bien es cierto que contribuyen a mejorar la movilidad individual de millones de personas, su crecimiento es irracional. Son enjambres de motos que circulan por la ciudad taponándola en muchos espacios. A diario se ven accidentes con heridos y muertos, ocasionados por sus imprudencias en la conducción.
Ya existe un enfrentamiento, que también se ve a diario, entre los conductores de carros y estos motociclistas. Con la ventaja para estos últimos que golpean los carros con unos elementos de hierro y salen huyendo por la facilidad de su conducción. Y, qué no decir de los que hacen parte de bandas criminales donde la moto es una herramienta de ese crimen organizado.
También viene ocurriendo que algunos accidentes provocados culposa o dolosamente por los motociclistas, estos fingen lesiones dolorosas, para aprovechando el temor del conductor, obtener cuantiosas sumas de dinero. Además, los moteros exigen una rebaja en el SOAT cuando los accidentes están a la orden del día.
A lo anterior debe sumarse que existe la prestación de un servicio público de transporte prestado por motos tal y como sucede con las plataformas de los servicios paralelos de taxis.
Ante este crecimiento los ciudadanos vemos impávidos la fuerza " sindical" que han tomado.
Al extremo de que los moteros han logrado que no se les aplique pico y placa, no pagan peajes y andan como locos en zig zag por las calles, y carreteras del país, y pasando por la derecha, sin ningún control de las autoridades de tránsito.
Sin duda que detrás de este crecimiento motero hay poderes políticos y económicos que sacan jugo de este nuevo actor de la movilidad, y que agremiados como un sindicato, sin estar inscritos en el ministerio del trabajo, han tomado más fuerza que cualquiera de los sindicatos tradicionales del país, con el agravante que se tomaron las calles y carreteras del mismo. Muchos de ellos sin SOAT.
Hasta una nueva palabra han impuesto "moteros".
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