Desde la semana pasada, Ángela María Robledo anunció que la Alianza Verde le ofreció que fuera precandidata a la presidencia para 2022 por ese partido. Para muchos seguidores de Gustavo Petro, en redes sociales, esta fue una muestra más de la incoherencia de la exfórmula presidencial de Colombia Humana.
Ya se le había atacado de este modo por su apoyo a Claudia López en las elecciones pasadas, en las que desechó la candidatura de Hollman Morris alegando su postura feminista ante las acusaciones de violencia económica que presuntamente ejercía el excandidato sobre su exesposa, así como los señalamientos de abuso sexual contra mujeres cercanas al mismo.
Ninguna de estas incriminaciones llegó a una instancia judicial que perjudicara a Morris; sin embargo, la marca de maltratador y abusador todavía cala en su imagen.
Pero más allá de estos asuntos propios de campaña electoral, las acusaciones sobre la incoherencia de Ángela Robledo con Colombia Humana persisten en la medida en que se ella mantiene en silencio mientras se ejecuta el programa de Claudia López, por los cuales, además, la excandidata acusa de matoneo a seguidores petristas.
Una de las críticas más duras tiene que ver con lo que se considera su feminismo selectivo, en el entendido de que Ángela María se pronuncia poco o nada sobre el abandono de la alcaldesa a las mujeres embera que desde el inicio de la pandemia recorren las calles de Bogotá en busca de un refugio para sus hijos.
También sobre la manera en cómo la alcaldía desalojó a muchas madres cabeza de hogar de sus viviendas establecidas en Altos de Cazucá, una noticia que pasó desapercibida por los medios de comunicación colombianos pero que el periódico inglés The Guardian registró con unas fotografías de alto impacto. Sobre este punto, la congresista de Colombia Humana no dijo nada.
Se dice que sobre la masacre en Bogotá el 9 de septiembre en la que fue asesinada una mujer por la Policía Nacional comandada por la alcaldesa pasó lo mismo: Ángela María Robledo escudó a Claudia López con la misma excusa de las manzanas podridas que utiliza la derecha para defender sus políticas represivas.
Sin embargo, lo evidente hoy es que mientras la excandidata a la vicepresidencia hace ronda de medios acusando al “petrismo” de matoneo en redes sociales para justificar su salida del movimiento, el excandidato a la Alcaldía de Bogotá recorre el país con el Tercer Canal para acompañar a los simpatizantes de Colombia Humana que han sido amenazados y asesinados.
Luego de transmitir el recorrido de la minga desde Cauca hasta Bogotá, Morris se fue para el Huila a acompañar el sepelio de una de las víctimas de la Colombia Humana, que durante el transcurso de la pandemia registra más de una veintena.
En esta semana, con el Tercer Canal, Hollman visitó La Guajira y Magdalena, en donde los militantes de Colombia Humana fueron amenazados por grupos paramilitares, coincidiendo con las amenazas que hizo el Ñeñe Hernández sobre los votantes de Petro en el 2018 y que fueron registradas en los audios que tiene en poder la Fiscalía.
La división en Colombia Humana es un hecho, así como la partida de Ángela María, quien peleó para que se restituyera su curul por una presunta doble militancia. Es inminente que después de esta disputa, ella regrese a Alianza Verde sin saberse qué pasará con su curul tan luchada.
Así pues, en medio de la mayor crisis que atraviesa Colombia (económica, sanitaria, violencia y autoritarismo), la oposición parece más dividida que nunca y los partidos aliados del gobierno celebran esa falta de construir acuerdos en la izquierda, lo que para ellos es tan fácil como abrir un tarro de mermelada y untar sobre una galleta.
Pero los mayores perjudicados no serán ni Morris ni Ángela Robledo, sino el mismo pueblo colombiano que sigue siendo masacrado y que cada día ve cómo sus derechos civiles se vulneran.
“O nos unimos o nos hundimos”, dijo Gustavo Petro antes de las elecciones de 2018. Hoy ya estamos hundidos, y el autoritarismo nos tiene la bota en la cabeza para hundirnos aún más.