La posición de volante de recuperación en el fútbol colombiano ha tenido, en los últimos 25 años, a grandes valores que han dado significado a palabras como garra, entrega y sacrificio. Pero Leonel Álvarez, Mauricio “Chicho” Serna, Fabián Vargas y algunos otros que se han puesto la camiseta de la Selección Colombia, lamentablemente, no tienen nada que hacer al lado del más grande número 5 de la historia de nuestro futbol colombiano, un tal Carlos Alberto Sánchez Moreno. Un señor al que yo llamo 'el Makelele del Pacífico'.
A orillas del río Atrato, el 9 de marzo de 1986, en la hermosa pero miserable ciudad de Quibdó nació un muchachito al que años más tarde iban a llamar 'la Roca'. Y es que no había forma mejor de apodarlo, creo yo. Porque Carlos Sánchez es eso: un peñasco que estorba a sus rivales en la cancha, que los hace sentir el rigor de un marcaje fuerte pero limpio y que no sabe lo que es la fatiga. Y vaya si esto que afirmo lo saben los mejores del mundo. Por ejemplo, tres jugadores que por estos días tienen al mundo del balón a sus pies, saben qué es ser marcado por 'la Roca'. El argentino Messi, el español Iniesta y el brasilero Neymar, seguramente, al menos una noche de sus vidas han soñado con el señor de cabello rizado y alma de acero.
Sánchez no jugó nunca en el futbol colombiano y vive en el exterior desde que tenía 17 años de edad, aunque inició su formación en la escuela del gran Alexis García. En el 2003, y gracias a la gestión del empresario Luis Fernando Pozo, firmó su primer contrato con un club de futbol profesional; el Danubio de Uruguay le dio la oportunidad que esperaba hacía mucho tiempo Sánchez, y aunque no debutó en el equipo formó parte del plantel durante un año, siendo compañero del enorme delantero charrúa Edinson Cavani. En el 2005 hizo su presentación oficial en primera división con River Plate de Montevideo, demostrando un nivel superior en el modesto cuadro del barrio El Prado, y estuvo allí hasta que en el 2007 cruzó el océano y desembarcó en Francia, eso sí llevando entre sus pertenencias más valiosas a una hermosa uruguaya que enamoró el corazón de “La Roca”.
En Valenciennes, una pequeña ciudad al norte de Francia, pasó sus mejores épocas; aunque también vivió uno de los momentos más dramáticos de su carrera deportiva: una rotura de ligamento cruzado que lo dejó fuera de las canchas casi 12 meses. Los 5 años que pasó en el pequeño club de Norte-Paso de Calais, no solamente lo hicieron adquirir la ciudadanía francesa, sino que además lograron que Colombia pusiera sus ojos en él. Pero de eso voy a hablar más adelante, pues Sánchez es de esos jugadores que merecen un párrafo aparte para contar su historia con la camiseta amarilla de la selección que tanto nos emociona a todos los colombianos. En el 2013 llegó a formar parte del Elche español, siendo clave en la presentación del equipo en la liga de las estrellas. En agosto del 2014 firmó para el Aston Villa de Inglaterra, costando su trasferencia casi 5 millones de libras. En la Premier League, paso a paso, se consolida como uno de los mejores en su posición, más allá de que su equipo no sea uno de los protagonistas rutilantes del futbol británico.
¿Y cómo llegó ese muchacho, prácticamente desconocido, a la selección Colombia? Eso se lo debemos a Jorge Luis Pinto, quien tras el fracaso del combinado patrio en la Copa América de Venezuela se arriesgó a convocarlo en el 2007. Desde entonces, y para fortuna nuestra, fue convocado constantemente por los distintos entrenadores que pasaron por el banquillo de la selección, y aunque no fuimos al mundial de Sudáfrica en el 2010, se consolidó como el jefe del mediocampo colombiano tras la brillante participación que tuvo en la Copa América que se llevó a cabo en Argentina hace 4 años. ¡Cómo olvidar esa noche en la que no le dejó tocar un solo balón a Messi, en Santa Fe!
El 'Bolillo' Gómez y José Pékerman han visto las mejores versiones del aguerrido volante que participó de las eliminatorias a Brasil 2014, y del propio mundial en tierra carioca, donde fue titular en 4 de los 5 partidos que disputó Colombia, siendo suplente contra Japón con el equipo ya clasificado a octavos de final y con el objetivo de dejar que las figuras del equipo tuvieran descanso.
Anoche se convirtió en prócer del pueblo colombiano. Su partido contra Brasil que nos puso nuevamente en carrera en la Copa América Chile 2015 fue brillante, poco menos que perfecto. Sánchez sigue demostrando que es la piedra angular del medio campo colombiano, más allá de que no tenga el mercadeo de los James, Falcao o Teo. “La Roca” es, desde mi punto de vista, uno de los 3 jugadores más importantes del equipo nacional, siendo Ospina y Cuadrado los otros 2. A los colombianos, sin importar si quedamos eliminados el domingo contra Perú, solamente nos resta agradecerle a Sánchez por la entrega que tiene con la camiseta amarilla marcada con un número 6 que se viene poniendo, cada tanto, hace años y que defiende con alma, corazón y vida. Hago este homenaje a Sánchez, pues ver a un jugador como él en la cancha, claramente, emociona. ¡Qué viva el futbol, Makelele del pacifico”.
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