Según la RAE un monumento es: Una obra pública y patente, como una estatua, una inscripción o un sepulcro, puesta en memoria de una acción heroica u otra cosa singular. “U otra cosa singular”, dice el máximo ente regulador del idioma español alrededor del mundo. Probablemente por eso en Colombia tenemos que ver tantas estatuas que nos hacen sentir vergüenza. Pero como en ese país no existe un umbral para la desfachatez, sería pertinente que levantemos un monumento con el rostro de uno de los personajes más importantes de la historia nuestra: Álvaro Uribe Vélez.
Si un asesino como Laureano Gómez tiene su monumento al norte de la capital del país, ¿Por qué no le hacemos uno al cerebro de los falsos positivos al sur de Bogotá? Si uno de los corruptos más grandes de nuestra historia, como lo es el señor Misael Pastrana, tiene su monumento en Neiva, ¿Por qué no le hacemos una estatua en Ibagué al directo responsable del miserable acto conocido como el escándalo de Agro Ingreso Seguro?
Debemos aprender a ser justos en Colombia. Si esas personas y muchas otras, evidentemente lejos de ser honorables, poseen monumentos en su memoria, nuestro “gran colombiano” merece uno. Y bien grande, por favor. No en vano fue quien demostró su poderío reformando la constitución para lograr tener otro periodo al frente del timón del desgraciado barco llamado: Colombia.
Y es que finalmente podremos hacer algo para sentirnos orgullosos, como sociedad, los colombianos. Orgullo por formar parte, realmente, de un trabajo en conjunto. Llevamos años inflando el pecho por triunfos personales en los que no hemos contribuido en absolutamente nada: el Nobel de Gabo (a quien nadie le ayudó a escribir una letra), los triunfos de los ciclistas en Europa (a quienes nadie los ayudó a pedalear), los goles de James en Brasil (a quien ni usted ni yo le hicimos un solo pasegol), las condecoraciones a Patarroyo (a quien ni usted ni yo lo acompañamos a trasnochar en su laboratorio), etcétera; es el momento de tomar cartas en el asunto y celebrar por algo propio.
Podemos contribuir con la donación de una llave para levantar el busto que tendrá el rostro del creador de las CONVIVIR. O bueno, en vista de que nos van a sobrar llaves para fundir, solamente vamos a recibir las de las personas que no poseen casa propia. Todos aquellos que vivan en alquiler y que difícilmente algún día podrán contar con una vivienda adquirida por ellos, deben donar una de las piezas que formaran la estatua. Aunque sé que siguen siendo muchas, pero no quiero que me vayan a faltar. Seguramente con más de 30 millones de llaves estará bien.
Y tiempo de trabajo también vamos a donar. Toda persona que se sienta inconforme con lo que nos da Colombia, en términos de educación, salud, seguridad, oportunidades, empleo, infraestructura, etcétera, va a aportar con un minuto de trabajo. Sería imposible que en más de 48 millones de minutos no podamos terminar el monumento. Supongamos que solamente vamos a contar con 48 millones de colombianos insatisfechos, eso en horas nos da un total de ochocientas mil; o sea un total de 33.333 días, lo que es igual a un poco más de 91 años de trabajo. Seguramente en ese tiempo podamos levantar un monumento digno de la obra de Álvaro Uribe Vélez.
¡A trabajar, compatriotas!
@andresolarte
